"Con una sola voz, nuestra nación debe condenar el racismo, el fanatismo y el supremacismo blanco", aseguró el presidente de EEUU, Donald Trump, como valoración tras los atentados ocurridos en El Paso (Texas) y Dayton (Ohio) que sumaron 29 víctimas mortales.
Es la primera vez que se escucha un mensaje así de contundente de Trump contra un fanatismo de ultraderecha a pesar de ser el responsable de más del 70% de los asesinatos achacados al extremismo en EEUU en la última década, según los datos de la Anti Defamation League recogidos por 'La Vanguardia'.
Los dos últimos atacantes, dos jóvenes caucásicos de 21 años y 24 años respectivamente, no tuvieron problemas para conseguir los fusiles de asalto con los que cometieron los atentados.
Sin embargo, para Trump lo "urgente" es la política migratoria para evitar una nueva masacre. El presidente estadounidense ha preferido superponer al debate sobre las armas su política anti-inmigración como si culpabilizara a las víctimas por haber estado donde no debían.
"Republicanos y demócratas tenemos que ir unidos en la cuestión de los antecedentes [para la adquisición de armamento], tal vez uniendo esta legislación con la desesperadamente necesaria reforma de la inmigración", escribió en las redes sociales.
Trump insistía así en que lo realmente urgente son sus apuestas de cierre de fronteras o devolución de inmigrantes frente al fácil acceso a las armas, pese a que sólo en 2019 ya se ha registrado más de una matanza al día en EEUU, según la organización Gun Violence Archive.
Mientras los demócratas señalan al discurso xenófobo de Trump -habla de 'invasión' de hispanos para justificar la ampliación del muro con México; mandó de vuelta a 'sus países' a cuatro senadoras demócratas, llamó Pocahontas a otra de ellas, y llamó 'agujeros de mierda' a países como El Salvador o Haití- como la gasolina que incentiva el terrorismo blanco, el presidente de EEUU consideró que el fondo de la problemática se haya en la cultura de la violencia situada en los videojuegos e Internet, así como en las "noticias falsas" que han ayudado a "radicalizar a espíritus perturbados".
Pese a que se desconoce si los dos asesinos eran o no enfermos mentales y no meros psicópatas conscientes de sus actos, Trump consideró que la mejor forma de prevenir nuevos ataques era la detección precoz de las personas con problemas para suministrarles tratamiento o un encierro voluntario. “Los enfermos mentales aprietan el gatillo, no las armas”, aseguró.
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