Ayer martes se produjo en el Aeropuerto de Madrid Barajas un suceso propio de película. Aterrizaba sobre las 20:00 horas con final feliz un vuelo que había caído en picado 300 metros por graves turbulencias y que hizo que su pasaje pasara una de las peores experiencias de sus vidas.
En total, hasta 35 pasajeros tuvieron que ser atendidas por distintas lesiones, principalmente policontusiones y cortes, todos ellos producidos por los movimientos bruscos del aparato y el intento de los pasajeros por encontrar posturas de seguridad y emergencia.
Se trataba de un avión que procedía de Isla Mauricio y que sufrió uan brusca pérdida de altura después de un episodio de turbulencias. "Los testigos explican dicen que el aparato cayó en picado y que varias personas sufrieron golpes al tratar de protegerse", informa la 'SER'. "Los pilotos pudieron reconducir el vuelo que sufrió una pérdida de altura inesperada. El aeropuerto activó un plan de emergencias en Barajas para atender a los pasajeros que habían sufrido contusiones", añade.
"Hemos vuelto a nacer. Creía que el avión se estrellaba", ha señalado una joven al diario 'El Mundo'.
El aparato era un Airbus A330-343 que volaba desde Port Louis, Isla Mauricio.
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