Sondeos: el fantasma de la abstención planea sobre el adelanto electoral

La falta de acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos para la investidura de Pedro Sánchez podría provocar un adelanto electoral para el próximo 10 de noviembre si en los próximos días no cambian las cosas.

Unos comicios que vendrían marcados por el clima de hartazgo debido a las largas negociaciones infructuosas que llevaría también a muchos votantes a la abstención.

El barómetro de septiembre de Celeste-Tel para 'eldiario' apunta a que la abstención pasaría del 28,2% del mes de abril al 34,1% con dos millones más. Y la mayor parte, un 22,4%, se nutriría de antiguos votantes del PSOE.

Un porcentaje mayor que el del partido político más votado, el PSOE que alcanzaría el 30,5%. No obstante, la participación del 28-A fue de las más altas y los socialistas -históricamente beneficiados de una alta participación- podrían tener margen para sortear el bache del castigo de la abstención.
El estudio también señala que los bloques quedarían prácticamente iguales bailando un solo escaño en favor de la derecha.

Dicho sondeo vuelve a confirmar que la repetición de elecciones beneficiaría al bipartidismo clásico. Mantiene al PSOE como primera fuerza subiendo 5 escaños hasta los 128; seguido del PP con 85 -el gran beneficiado de volver a las urnas porque recuperaría 19 diputados-, frente a Ciudadanos que perdería ocho escaños hasta los 49, Unidas Podemos que se dejaría 6 por el camino hasta los 36 y Vox que pese a perder solo dos puntos en apoyos bajaría su representación de 24 a 13 escaños.

Sin embargo, si se tienen en cuenta todos los datos de las encuestas realizadas desde el 28-A hasta la actualidad, la izquierda podría incluso salir reforzada de un adelanto electoral. Las proyecciones del gabinete demoscópico Key Data para Público apuntan a que PSOE+UP llegarían a superar en 900.000 votos a PP+C's+Vox.

En cualquier caso, si bien unas elecciones generales podrían modificar el reparto de escaños -quizás con menor dependencia del independentismo-no evitarían una negociación poselectoral ya que todos los sondeos apuntan a que ningún partido alcanzaría la mayoría absoluta.