La Organización Mundial del Comercio (OMC) ha dado la razón a EEUU en la disputa mantenida con la Unión Europea en relación a los subsidios que se concedieron para el desarrollo de dos tipos de aeronaves de Airbus que perjudicaba a la industria aeronáutica estadounidense. No obstante, las repercusiones de esta decisión irán mucho más allá.
El árbitro de la OMC ha decidido amparar un paquete de contramedidas que los EEUU tienen en su mano imponer para resarcir las medidas que afectan el comercio de las grandes aeronaves civiles.
En concreto, la OMC autoriza a EEUU a imponer una serie de imposiciones para compensar los efectos desfavorables de las ayudas a Airbus, calculadas en 7.496,623 millones al año durante el periodo 2011-2013.
Estas contramedidas pueden adoptar la forma suspensión de concesiones arancelarias y obligaciones conexas, así como la suspensión de compromisos y obligaciones sectoriales contenidos de una lista de servicios, con excepción de los servicios financieros.
De esta manera, la administración de Donald Trump tendrá aún que definir en qué sectores aplicar las restricciones. Sin embargo, la oficina de Comercio Exterior de EEUU ya avanzó en abril una lista de productos importados de varios países europeos, incluida España, susceptibles de verse afectados por un incremento arancelario de entre el 10 y el 25%.
Entre ellos, aparecían muchos componentes para la fabricación de aeronaves, pero también productos del sector alimentario como quesos, aceite, jamón, frutas, vino -estos últimos afectando especialmente a nuestro país-, el whisky escocés e irlandés o incluso productos del sector textil europeo.
La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) estima que la subida de aranceles podría afectar a un volumen de exportaciones agrícolas españolas cercanas a los 1.000 millones de euros. Asimismo, recuerda que EEUU es el principal destino fuera de la UE de las exportaciones agroalimentarias nacionales y a su vez el primer origen de las importaciones.
De esta manera, varios productos españoles podrían verse afectados indirectamente por esta decisión de la OMC que se produce, además, en medio de la creciente tensión comercial entre EEUU y China.
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