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Ferrera fue el gran triunfador de la Feria de Otoño en su encierro en solitario del sábado 4 de octubre
Ferrera fue el gran triunfador de la Feria de Otoño en su encierro en solitario del sábado 4 de octubre (Foto: Plaza1)

Impresiones al vuelo de un periodista catalán en la Feria de Otoño

lunes 07 de octubre de 2019, 23:23h

Para el periodista y aficionado taurino es un bálsamo- y desquite espiritual-viajar por España para ver toros. Y en esta época, en que el verano pasa a mejor vida, no hay lugar más idóneo que las Ventas, donde la Feria de Otoño se vive, si me apuran, de forma más intensamente que la principal, que es escaparate del toreo: la de San Isidro. De entrada, entras sin tangos agobios ( salvo los que por norma, no respetan el sagrado rito taurino), y alejando tráfico, comidas de última hora y demás excusas pueriles, llegan cuando la gente se está aposentando en los tendidos. Prueba de la menor incidencia de la feria otoñal, la encuentras tras pasar el fielato de la Puerta Grande ( en esta ocasión con empleados más “simpáticos” que en el ciclo isidril…). Y de las dos barras que permitían hacer tiempo antes, o comentar la post- corrida, sólo ha abierto una, la más cercana a la puerta de salida, o entrada…

Por la mañana, bueno es pasarse por el Wellington, no para tomarse un café a 5 euros, sino captar el ambiente: te puedes encontrar al gran pintor Andrés Nicolau, o de forma inesperada al maestro Manuel Jesús El Cid, que se despide por la tarde...Y nadie lo diría: con sonrisa franca, ademán tranquilo y conversación cordial, tras hacer footing con auriculares por los alrededores del hotel, llegando al Retiro, enfila el ascensor... Lo que ocurrió por la tarde con el de Salteras, ha quedado ya bien reflejado en-casi- todas las crónicas ( alguno ha sacado los pies de tiesto, criticando el cariño que el público soberano puede profesar al que le de la real gana). Lo demás es propio de gente pequeña de mente, espíritu rencoroso, y objetividad discutible…

Palco.

Me da pena ver a una figura señera como el Puno ( de las pocas figuras que ha dado la nación hermana de Perú), en un palco, pues merecería una ubicación ( no tan buena como esos periodistas deportivos que tienen una habilidad especial para entrar de gorra, colocarse en burladero de callejón, y hacerse notar), porque saben que la popularidad ( que es la limosna que dan los poderosos para que nos creamos, o sea crean, importantes)...hará que luzcan palmito y salgan en la tele...Hay quien confunde prestigio y popularidad…

Nunca agradeceré a la banda de música ese ambiente festivo, sin interrumpir las faenas, pero amenizando los descansos entre toro y toro, o durante las vueltas al anillo con la recompensa de la oreja. Y uno se permite grabarlos, para ya en Barcelona, rememorar tardes venteñas. No soy el único que lo hace…

Veo a Morante en tendido alto del 9 o 10 el primer día...Alguien cercano reprocha al de la Puebla que vaya a las Ventas un viernes de feria a hacer política, en lugar de practicarla en el ruedo, demostrando la maestría que atesora...en cuentagotas. Lo haría dos días después en Zaragoza. (dicen, que tras un notable faena)... Y tampoco pudo ir al mitin dominical, pues era en Vistalegre y ya está dicho que toreaba en la capital maña… A uno nunca le ha ocupado ni preocupado lo que voten los toreros, sino que se justifican donde deben hacerlo: en el ruedo…

Picadores

La cercanía a la Puerta de Cuadrillas y ese túnel del miedo donde pasan sus angustias los toreros antes de desfilar en el paseíllo, me permite observar a los picadores: seres entrañables que pasan la tarde contando “sus batallitas - “ pues yo recuerdo aquel toro que piqué en Almodóvar del Campo, que me tiró del caballo”, o el que explica la noche del último viaje desde la otra punta de la geografía, para estar a la hora exacta en la plaza: las 5 en punto (en este caso, Otoño en las Ventas, seis de la tarde…). Fue hermoso el afán de superación- consigo mismo- de Ferrera ante los seis toros. Sin que pueda hablarse de una tarde redonda, hubo pasajes aleccionadores , como esas suertes resucitadas, y ausentes en la mayoría de festejos; el oficio y dominio de la técnica. Y sobreponerse a una tarde que se venía abajo y que ya en el penúltimo toro, y sobre todo en el sexto, mostró un compendio de su torería, que le ha situado por la afición como MAESTRO.

Decepción la última tarde, porque no bastan unos toros bien presentados para que el espectáculo resulte: si eso no va acompañado de animales bravos, encastados, que ofrezcan sensación de peligro...Los toreros hicieron lo que pudieron: los destellos de clase deCurro Díaz, el sabor campero- no ayuno de oficio y sapiencia- de López Chaves, y el pundonor (rayano muchas veces en la temeridad) de Escribano, que se empeña cada tarde en acudir a ese lugar de la incertidumbre donde prodiga la portagayola. Y el repetido par al quiero desafiando todas las distancias, amén del peligro que entrañan esos terrenos...Cuatro filas más abajo veo al considerado por algunos “ el plenipotenciario catalán- y crítico taurino ocasional- que “sienta cátedra”, al que diez minutos antes le he visto impartir doctrina a través del circuito cerrado de televisión, siendo entrevistado por mis amigos del Canal Movistar...La culpa no es suya... Es el símbolo de la picaresca tradicional española donde ,a cualquier habilidoso medrador., le crean una aureola imaginaria de sabio, sin saber discernir, como decía mi entrañable amigo Juan Luis Galiardo, el atún, del betún….

En la Feria de Otoño la jet- set no encuentra acomodo en “ tardes del clavel”, lo que resulta un respiro para los aficionados cabales...El ambiente es menos agobiante, pero igual de riguroso, como corresponde a la primera plaza del mundo...A la vuelta tras los 600 km. en autocar, un desaprensivo intenta hacerse con mis pertenencias de mano, mientras saco la maleta del departimento correspondiente...El conductor no hace ningún ademán de preocuparse lo más mínimo, pero sí unas señoras de bien, a las que que explico que- en un alarde re reflejos- logré arrebartarle el bolso de mano al ladrón ocasional. en dos segundos... Es la Barcelona que llaman “ del pueblo”: de Colau, de Carmena-antes-y que no son más que activistas de segunda, a las que preocupa todo “lo importante”: el cambio de nombre de calles, el acomodo a los manteros (Barcelona).... Todo repito, menos la seguridad y tranquilidad de los ciudadanos ( que pagan religiosamente a los enchufados de turno que esos amateurs de la política, meten en los puestos claves…).

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