La rebelión de Bale con los partes médicos amenaza al fútbol nacional con cambiar sus métodos

Una rebelión encabezada a nivel personal por Gareth Bale con sus partes médicos amenaza al fútbol nacional con cambiar sus métodos a la hora de informar de las bajas de los deportistas profesionales.

El galés exigió al club no informar de los detalles de su parte médico tras volver recientemente de jugar con su selección con molestias físicas, recordando que, legalmente, los partes, historiales y demás detalles médicos son privados y que no pueden difundirse sin expreso deseo del paciente. Bale, a través de sus abogados, han iniciado así una senda que podrían seguir ahora otros profesionales del fútbol y el resto de deportes para que no se divulguen sus detalles médicos.

Lo habitual, como hace el Real Madrid, es que los clubes de fútbol hagan comunicados oficiales a los medios de comunicación y a los aficionados en general donde detallan la afección de su futbolista, aportando un diagnóstico, así como el tiempo de baja estimado por su lesión.

A partir de ahora se abre la vía para que haya una especie de 'Ley Bale', como lo ha llamado el diario 'Marca', periódico deportivo que ha aportado esta información a modo de primicia, ya que ha revelado cómo el jugador galés se ha negado a que el Madrid haga públicas sus últimas dolencias físicas.

'Marca' reconoce que no es el primer futbolista en hacerlo, pero sí es la primera vez que se conoce este hecho. "Durante décadas, los clubes no han tenido en cuenta que los partes médicos incluyen información privada, datos de la salud de un trabajador. La legislación a este respecto es rotunda. El artículo 22.4 de la Ley 31/1995 dispone que el acceso a la información médica del trabajador tiene que ser restringido al personal médico y a las autoridades sanitarias que lleven a cabo la vigilancia de la salud, sin que pueda facilitarse al empresario o a otras personas sin consentimiento expreso del trabajador", informa 'Marca'.

Si todos los futbolistas y demás deportistas demandan ahora este tipo de comportamientos, el oscurantismo sobre el estado físico de los futbolistas supondrían que los aficionados no puedan conocer qué sucede con sus ídolos. Los clubes, a partir de ahora, podrían comenzar a exigirlo a los jugadores para contratarles: tener el permiso para poder difundir esos partes médicos.