Cayetana Álvarez de Toledo abraza la teoría de la profanación de Franco

La cabeza de lista del PP por Barcelona y hasta ahora portavoz de los populares en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, ha asegurado que la exhumación de los restos de Franco fue una "profanación".

"La familia Franco no quería que se profanase esa tumba y estoy de acuerdo en que profanar tumbas no es lo más civilizado", sostuvo en una entrevista en 'El País'.

Es más, preguntada sobre si la legitimación de una decisión avalada por el Gobierno, el Parlamento y el Tribunal Supremo no modifica esta calificación, Álvarez de Toledo se mantiene en sus trece. "Se hace en contra de una familia. Eso es una profanación", insistió.

Por otro lado, Álvarez de Toledo defendió que el dictador pudiera mantener su monumento en el Valle de los Caídos.

"Soy historiadora y creo que el valor de los monumentos no es reflejar lo que somos, sino lo que fuimos", argumentó para criticar la decisión de la exhumación de sus restos, pese a que el PP se abstuvo en lugar de votar en contra de esta decisión en el Congreso.
"Quitar a Franco se convierte en un acto contra la memoria para obtener un rédito político", aseguró.

'El PSOE no se atrevió con Franco'

Asimismo, Álvarez de Toledo insinuó que la exhumación de Franco fue un acto cobarde porque el PSOE se enfrentó con un muerto. "Tiene cierta gracia que el PSOE, que hizo muy poco o nada para derrotar a Franco, quiera ahora apuntarse la victoria sobre un cadáver", manifestó.

Hay que recordar que el PSOE fue ilegalizado y estuvo entre la clandestinidad y el exilio entre los años 1939 y 1977.

Sus miembros eran sometidos a la persecución policial -en 1955 había 1.200 socialistas en la cárcel de Burgos, llegando a coincidir en las cárceles franquistas un total de seis Comisiones Ejecutivas, según datos de los socialistas-, pese a lo cual el partido participó en las huelgas de los años 50 y 60. Cobró cada vez más fuerza en la década siguiente, hasta que en 1974 se celebrara en Suresnes (Francia) el 26 Congreso del Partido, del que saldría Felipe González elegido Secretario General.

"Que tengan cuidado no vaya a ser que desenterrando a José Antonio aparezcan los vínculos del PSOE con la dictadura del padre", añadió pese a que la propia vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, defendió su permanencia en el Valle en medio de las acusaciones de 'blanquear' al franquismo por llamar a José Antonio "víctima" de la Guerra Civil.

En concreto, la popular aludía a que el PSOE habría sido el único partido legal durante la dictadura del General Miguel Primo de Rivera que gobernó entre 1923 y 1930, con el colaboracionista Largo Caballero entrando en el Consejo de Estado en 1924 en medio de una fuerte división interna por la estrategia de su secretario general.

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