Por qué la izquierda se equivoca en hacer política con el rescate bancario: realmente es un mito

¿Es un mito el rescate de la banca? ¿Por qué Podemos y otros partidos hacen campaña continuamente prometiendo que los bancos devolverán el dinero público empleado para rescatarlos?

Esta semana, el Banco de España ponía de actualidad este tema de nuevo al elevar el coste del rescate cifrando el coste final en 65.725 millones de euros. La institución ha confirmado el aumento de 1.376 millones respecto a 2018 y ha revisado a la baja la capacidad del Estado para recuperar las ayudas concedidas a la banca durante la crisis.

Pero... ¿qué dinero se prestó y a qué banca? Para empezar, hay que recordar que los grandes bancos de este país, Santander, Caixabank, BBVA y Sabadell, quedaron fuera del rescate. No pidieron un euro del erario público, y sin embargo ha tenido también su factura de la crisis bancaria porque tuvieron que aportar, por ley, grandes cifras para sostener, entre otras cosas, el Fondo de Garantía de Depósitos. De hecho, se calcula que tuvieron que aportar casi 15.000 millones de euros para este fondo, para crear la Sareb (Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria) y el Fondo Único de Resolución europeo.

Dicho de otra manera, la gran banca española -privada- no sólo no fue rescatada, sino que además tuvo que pagar también gran parte de la cuenta del rescate a otros bancos... que eran ¡públicos! Y es que la mayor parte de la banca rescatada en la crisis fue el conjunto de las cajas de ahorro, que dependían de gestión de las administraciones autonómicas. Los casi 60.000 millones públicos aportados por entonces, en los tiempos de la llegada de Mariano Rajoy en 2012, fueron destinados a inyecciones de capital y compra de activos.

También hay que señalar que la Unión Europea adelantó el dinero, con un total de 100.000 millones, de los cuales más de la mitad se usaron para sanear el sistema financiero español a través del FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria). La famosa 'inyección' a la banca que evitó un rescate directo de Europa a nuestro país, como a Grecia, Irlanda o Portugal.

¿A quién se rescató realmente?

Sólo entidades privadas como Liberbank o Banco de Valencia fueron rescatadas con dinero de los españoles. Pero realmente eran de origen público. En el caso del segundo, su principal accionista era Bancaja, otra entidad dependiente de una comunidad autónoma, la Valenciana. Banco de Valencia recibió 5.500 millones del rescate y fue vendida por un euro a CaixaBank. Liberbank, por su parte, también estaba participado por cajas de ahorro regionales.

El dinero aportado por los españoles puede parecer descomunal, en torno a los 43.000 millones, pero supuso sostener el Fondo de Garantía de Depósitos, es decir, que los ahorros de nadie peligrasen por debajo de los 100.000 euros y se evitó un 'corralito', es decir, que no hubiera liquidez de dinero corriente. Eso hubiera sembrado el caos en la ciudadanía y la economía al paralizarse el consumo.

Es importante recalcar que del total del rescate bancario destinado a 15 entidades, 42.561 millones han sido aportados por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), es decir, por el Estado, y los otros 23.164 millones, por el Fondo de Garantía de Depósitos de Entidades de Crédito (FGDEC), es decir, por entidades privadas del sector.

El resto de rescatados fueron cajas de ahorros como Caja Castilla-La Mancha (CCM), Cajasur, Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), Caja Madrid (Bankia), Caixa Catalunya, Novacaixagalicia, Unnim...

¿Cuánto se ha devuelto?

Aunque el propio Banco de España y otros organismos dudan de que algún día se pueda recuperar ese dinero, se estima que entre lo devuelto al FROB y al FGDEC, se llega a 5.225 millones. Como Bankia fue controlada por el FROB, que maneja el 61% de sus acciones, se estima que en algún momento antes de finales de 2021 se venda. Su valor de mercado en 2018 era de casi 10.000 millones, pese a que sus activos están valorados en 205.000 millones.

A los 5.225 millones devueltos hay que sumar el pago de intereses y dividendos por las sociedades participadas ahora por el Estado, que algunas fuentes calculan en otros 10.000 millones.