Sesión constitutiva del Congreso: Vox y Ciudadanos se enfrentan a última hora por las plazas en la Mesa

Este martes llega al fin la sesión constitutiva del Congreso de los Diputados, primera cita clave de la legislatura tras las elecciones del 10 de noviembre. Y aunque el asunto protagonista iba a ser saber si llegaba o no un cordón sanitario a Vox para que no esté en la Mesa del Congreso, órgano de gobierno de la Cámara Baja, al final ha sido otro asunto el que se lleva los focos.

Hablamos del enfrentamiento de última hora entre Vox y Ciudadanos, partidos y socios a duras penas pero no por el deseo de los naranjas, que se han dejado apoyar por los ultraderechistas en algunas autonomías y ayuntamientos a la fuerza en su alianza con el PP. Ahora ambos partidos cochan a última hora por las plazas en la Mesa del Congreso, porque Ciudadanos quiere alguna representación pese a tener sólo 10 diputados y pone en duda prestar sus votos para que Vox esté en dicho órgano representativo.

Sin embargo, el PP ya dejó claro, por activa y por pasiva, desde hace más de una semana, que facilitará que sus socios de Vox estén en la Mesa del Congreso, y si puede ser, con 2 asientos, los mismos puestos que ya tuvo Ciudadanos la pasada y fallida legislatura, cuando los naranjas tenían 57 escaños en la Cámara.

Los de Santiago Abascal se basaban en algo cierto: cuando PP y Ciudadanos tuvieron la oportunidad de darles algún puesto en la Mesa con sus 24 diputados logrados, ninguno de los dos partidos de centro-derecha movió un dedo para ello, por lo que no entienden que ahora tengan que hacerlo ellos para prestar sus votos a los de Inés Arrimadas y compañía.

En todo caso, el reparto de votos entre PP y Vox, con la organización necesaria entre ambos, será suficiente para que todos tengan la representación correcta, quizás dejando a Ciudadanos fuera, pero como mal necesario ya que con sus 10 escaños no pueden exigir esos gestos. Mientras, PSOE y Unidas Podemos, así como el resto de sus socios parlamentarios, claman por un cambio de última hora en las filas de Pablo Casado, un cambio que no se producirá porque un cordón sanitario a Vox tendría un alto coste en sus alianzas territoriales y municipales con los de Abascal.