Sánchez llamará esta semana a Torra para iniciar contactos cuando el president catalán pueda estar ya inhabilitado

Semana de mucho movimiento político antes de iniciarse las navidades. Pedro Sánchez llamará esta semana a Quim Torra para iniciar los prometidos contactos para cerrar la investidura, pero será estos mismos días cuando el president catalán pueda estar ya inhabilitado por su juicio por desobediencia. Una circunstancia que podría cambiar, y mucho, el contexto en que esas negociaciones tengan lugar, ya que se plantearía otra nueva ruptura en las relaciones.

En realidad el PSOE poco espera de Junts per Cataluña (JxCat), la plataforma electoral del president, pero es un requisito que le ha impuesto Esquerra Republicana (ERC) en sus negociaciones para la investidura: contacto directo con el president para volver a la senda de diálogo con la Generalitat tras un año de ruptura total entre ambas partes.

Sánchez, para ganar tiempo, anunció la pasada semana tras recibir el encargo oficial del rey Felipe VI de formar gobierno y lograr la investidura, que hablaría con todos los presidentes autonómicos, además de líderes de la oposición.

El orden elegido, para evitar suspicacias, era contactar con los presidentes regionales en función de la fecha de antigüedad de sus Estatutos de Autonomía, por lo que el País Vasco sería la primera comunidad contactada, seguida de Cataluña. Pero, según algunas fuentes citadas por medios de comunicación, Torra habría exigido ser llamado antes que el lehendakari vasco Íñigo Urkullu, al considerar que hay una prioridad política con su región.

Otros contactos

Moncloa no ha desvelado si habrá variaciones y Sánchez continúa envuelto en una opacidad absoluta. No quiere que desde su partido se envíen mensajes sobre la negociación que puedan enojar a ERC y que éstos se levanten de la mesa, poniendo fin a sus posibilidades de ser presidente.

Mientras, este lunes se reunirá trambién con Pablo Casado e Inés Arrimadas, líderes de PP y Ciudadanos, respectivamente, como estaba prometido. La líder interina de la formación naranja quiere una foto 'a tres' y convencer a Sánchez de que un gobierno 'constitucionalista' y moderado es la solución para estos años de difícil legislatura por la desaceleración económica que atravesamos y la crisis catalana.