Nuria Espert entusiasmó al público en el estreno de “El romancero gitano” (vídeo)

Los personajes lorquianos a los que Espert había dado vida en otras obras como “Yerma”, “Doña Rosita la Soltera” o “ La casa de Bernarda Alba” son rescatados en este espectáculo que lleva haciendo desde Octubre del 2.018, cuando se representó en el Teatro de la Abadía de Madrid. “El romancero gitano” fue publicado en 1.928 pero sigue vigente, al retratar el mundo mítico de los gitanos con ese “destino trágico” que se junta con la frustración, la culpabilidad y la muerte, tema central siempre. Una muerte que no sólo es pena sino recuerdo y reconocimiento. “El romance de la pena negra” expresa el choque entre el deseo de libertad y la muerte. Y “Antoñito el Camborio” es el poema que mejor refleja la idiosincrasia de los gitanos, y el que provoca emoción en la actriz al declamarlo.

Nuria Espert debutó en este mismo teatro, el Romea con 13 años, y recuerda el camerino que disfrutaba en el segundo piso junto a Julieta Serrano. En la hora de recital sólo hay que centrarse en la voz, que con inflexiones y maestría utiliza Espert. En ocasiones coge un cuaderno de notas donde quedan recogidos los poemas. La iluminación precisa oscila entre el verde y el blanco. La pasión que pone al recitar y el silencio que provoca, sólo se rompió la noche del estreno, con los “profesionales de la tos”, que profesan nulo respeto al teatro y resto del público, además de a la artista…

Ibáñez

En el espectáculo “Romancero gitano” hay espacio para la mítica canción de Paco Ibáñez con la “Canción del jinete”, y las referencias que Nuria Espert hace a su amigo Rafael Alberti, otro admirador de la poesía de Lorca, al igual que Margarita Xirgu en los principios de siglo. Se evoca el espíritu del pueblo andaluz y su nobleza, gracias a la voz de la actriz, huyendo de folclorismos. Las heroínas de Federico García Lorca rinden tributo a la mujer, piezas de su teatro como “Mariana Pineda”, “Yerma”, y la madre de “Bodas de sangre”. Es un montaje íntimo y sin artificio, con una precisión exacta y a la vez con la espontaneidad con la que salpica en prosa sus comentarios la actriz catalana. Los silencios también forman parte de la obra, que acaba con “Romance de la Guardia Civil”, y “Grito hacia Roma” del libro “Poeta en Nueva York”.

Esta obra supone el regreso de Lluís Pasqual como director a su tierra Barcelona, tras salir con polémica del Teatre Lliure en el 2.018. Al acabar la función del estreno ambos se abrazaron emocionados, actriz y director. Por ahí andaba también el actor Gonzalo de Castro y otros personajes del mundo del espectáculo. La ovación de varios minutos fue bonito epílogo a un espectáculo en que el texto de Lorca, su pasión, emoción y belleza, llenó de intensidad el teatro Romea con una actriz de primerísima línea: Nuria Espert.