Compromiso internacional para acabar con la injerencia extrajera en el polvorín libio

Las potencias involucradas en el conflicto libio prometieron el domingo respetar un embargo de armas de Naciones Unidas y abstenerse de intervenir en los asuntos internos de ese país desgarrado por la guerra civil, al tiempo que reclamaron un cese al fuego permanente.

Rusia, Turquía, EE UU, la Unión Europea y Egipto acordaron poner fin a la injerencia extranjera en el país así como materializar un alto el fuego permanente. Un intento de que Libia no se convierta en una nueva Siria. La canciller alemana, Angela Merkel, promovió la cita en Berlín ante el temor de una nueva escalada de tensión regional.

No obstante, los líderes que acudieron a la cumbre de alto el fuego, pero ni siquiera estuvieron en el mismo espacio, tal y como informó la anfitriona alemana. Vladímir Putin (Rusia), Recep Tayyip Erdogan (Turquía), Boris Johnson (Reino Unido), Emmanuel Macron (Francia), Giuseppe Conte (Italia) Ursula von der Leyen y Josep Borrell (Unión Europea), Mike Pompeo (Estados Unidos), Ghassan Salamé (ONU) no compartieron habitación durante su estancia en Berlín.

Ahora falta por concretar cuál será la solución política definitiva que se aplicará para respetar la integridad territorial y la soberanía nacional de Libia tras una década de enfrentamiento desde que comenzaran las revueltas de la primavera árabe.

Tampoco está claro la postura que vayan a adoptar los dirigentes libios rivales que están enfrentados por el poder -y por el control del preciado petróleo del país- que no estaban representados en la cita europea por la paz.

Hoy por hoy, el mariscal Jalifa Haftar -supuestamente avalado por mercenarios rusos-, controlaría el 60 por ciento del crudo libio y en frente contaría con la oposición de Trípoli, apoyada a su vez por el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.

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