Es cuestión de tiempo: desde JxCat avisan a Quim Torra que debe tomar una decisión en los próximos días sin más dilación. La cuenta atrás comienza para que se active el reloj electoral o que se declare en rebeldía e inicie otra vía unilateral contra el resto del Estado.
Ayer lunes Torra dejaba de ser oficialmente diputado en el Parlament después de que la Mesa de la cámara acatara la inhabilitación decretada por la Junta Electoral Central (JEC) y avalada por el Tribunal Supremo. Un asunto que ha dividido a los socios del Gobierno catalán, ERC y JxCat, y que generó un debate bronco en el Parlament que tuvo que ser suspendido temporalmente ante los gritos de '¡delincuente!' que profirió la portavoz de Ciudadanos, Lorena Roldán, a Torra.
El president de la cámara catalana, Roger Torrent, a regañadientes, aceptaba la inhabilitación de Torra y le anunció que o se retiraba del escaño o inutilizaba su voto electrónico desde su asiento. Y es que JxCat se niega a sustituir a Torra por la siguiente persona en la lista electoral. Torra manifestó su malestar con Torrent y fue arropado por la bancada de JxCat, pero no así, como era lógico, por la de ERC, cuyos diputados permanecieron sentados en sus asientos.
Por su parte, el portavoz de los republicanos en el Parlement, Sergi Sabrià, rechazó la "desobediencia estéril" si bien aseguró que su intención es seguir apoyando al Govern con Torra al frente "en clave de país". "Nosotros no somos el rival, somos su aliado", aseguró.
Por medio de todo este asunto está la famosa mesa de diálogo con el Gobierno central para resolver el conflicto catalán. Dicho diálogo se retrasará sine die hasta que se resuelva la situació de Torra, que se niega a dejar la presidencia de la Generalitat. Tiene la razón de su lado: el Estatut catalán obliga a que para ser president antes haya que ser diputado, pero no dice nada de cuando se deja de serlo. Ya ocurrió en la Comunidad de Madrid con Alberto Ruiz-Gallardón, que siguió ejerciendo de presidente autonómico sin ser diputado.
La guerra, en todo caso, está comenzada entre ERC y JxCat. Los republicanos no quieren elecciones adelantadas porque temen que paguen en las urnas el malestar de la ciudadanía más escorada en el independentismo radical, el cual podría interpretar este hecho como un paso atrás en sus posturas soberanistas. JxCat está estudiando, sin embargo, los tiempos. Sabe que Torra tiene potestad para convocar elecciones, pero debe hacerlo antes de dejar de ser president, algo que podría ocurrir en breve cuando se pronuncie la Justicia.
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