Ayer la presidenta del BCE en su comparecencia ante la comisión de asuntos económicos del Parlamento Europeo declaraba que el crecimiento de la zona euro sigue siendo modesto, pero hay señales incipientes de estabilización, aunque el brote de coronavirus en China nuble el horizonte. Según la responsable del banco central, la economía interna sigue siendo resistente ya que el consumo sigue aumentando, el desempleo se encuentra en su nivel más bajo de los últimos 12 años y el empleo en sus niveles más altos. Esta visión optimista de Lagarde encontraba ayer una brecha, con datos que mostraron que los pedidos industriales en Alemania cayeron de forma inesperada en diciembre un 2,1% respecto al mes anterior, y hoy con la caída en más de diez años de su producción industrial.
En contraste con este desfavorable dato en Alemania y por lo tanto en la zona euro, los datos publicados ayer en EE.UU. fueron positivos. El número de personas que ha solicitado beneficios estatales por desempleo se redujo a un mínimo de nueve meses la semana pasada, lo que sugiere que un mercado laboral más ajustado continuaría manteniendo la expansión económica más larga de la historia del país. Hoy la atención estará puesta en el informe del empleo. Se espera que el sector no agrícola estadounidense haya creado 160.000 empleos en enero tras el incremento de 145.000 de diciembre.