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El euro: una crisis de pronósticos

lunes 24 de febrero de 2020, 11:44h

La apuesta casi universal por la recuperación del euro en 2020 se ha visto cercenada y está obligando a los actores a replantear su discurso. Los argumentos para este cambio se contradicen y muestran su fragilidad.

El pesimismo sobre el euro que se traduce de su evolución contra pronóstico desde que comenzó el año, tiene varios orígenes, pero pueden resumirse en dos. El estructural radica en el diferencial de tipos de interés y su casi nula expectativa de cambio. El exógeno se basa en la más desfavorable incidencia que los inversores asocian a la economía europea a raíz de la crisis del Covid-19.

DIVISA DE FINANCIACIÓN

Los norteamericanos pagan un 1,63% por un bono a 10 años, mientras que los alemanes pagan un -0,38%. En la nueva normalidad monetaria un diferencial del 2% es mucho, tanto para un inversor común como para aquel que lo hace de forma apalancada. Y es que buena parte de la larga etapa de debilidad del euro ha venido fundamentada en su utilización como divisa de financiación para inversores de todo el mundo en activos norteamericanos. La apuesta se ha visto recompensada y ni siquiera los más optimistas respecto al euro podían apoyar su pronóstico en un cambio de este diferencial. Bastaba con pensar que no se ampliaría, y que las mayores valoraciones relativas de los activos norteamericanos llevarían, por prudencia, a reducir ese apalancamiento y volcar el interés en los activos europeos.

GIRAN LAS TORNAS

A falta de argumentos de índole monetario, el factor exógeno de apoyo más importante para el euro resultó ser el anuncio de pausa en el conflicto comercial. En este acuerdo, los favorables al euro encontraron argumentos para considerar que 2020 abría la oportunidad a una recuperación de la inversión que llegaba lo suficientemente a tiempo como para evitar en Europa el traslado de la contracción de la industria al sector servicios y de este a los consumidores. Los indicadores adelantados así lo reflejaban y el año arrancó con el mejor valor del euro en cuatro meses frente al dólar. Resulta que las tornas han girado, y los factores exógenos juegan ahora en su contra. La crisis del Covid-19 afecta en mayor medida al área económica más expuesta al comercio exterior y con tal motivo el euro se ve castigado.

ANTES EN CONTRA Y AHORA TAMBIÉN

Como habrán observado hay elementos de contradicción en los argumentos porque si esos son los motivos, resultaría verosímil sorber y soplar al tiempo. El euro sufre al ser tradicional moneda de financiación para invertir en activos de mayor rendimiento propiciado por un entorno económico estable y favorable. Sin embargo, la revisión a peor de ese entorno que se deriva de la crisis sanitaria, habría de disminuir el apetito por invertir y como consecuencia reducir el interés en el euro como divisa de financiación. Es decir, el euro debería de venderse menos. Sin embargo, el deterioro del entorno económico es ahora considerado fundamento para su debilidad. Un cambio en aquello que lo debilitó en el pasado, no lo hace ahora más atractivo, sino menos. Son las contradicciones que solo frente al espejo se hacen visibles y que nos advierten de la fragilidad de las convicciones.

Lo que estamos viendo reflejado en la debilidad del euro es consecuencia de una crisis de pronósticos, donde la apuesta casi universal por su recuperación se ha visto cercenada y está obligando a los actores a replantear su discurso. El problema del virus resulta una coartada creíble. Puede serlo, pero no es sólido. Una vez que se depure la crisis de pronósticos, más que la del virus, es más probable que el euro se recupere que se debilite. Parte ahora de una posición de más debilidad, y eso tiene importancia en cuanto a los niveles, pero no parece suficiente como para cambiar su orientación.

José Manuel Pazos

Analista y consultor

Consejero Delegado del Grupo Omega Financial Partners. Es economista, MBA por la IE Bussiness School y en Estrategia Internacional por la London Business School. Formado en el Chicago Mercantil Exchange, es experto en Options Risk Management por O´Connell & Piper de Chicago. Conferenciante y profesor de derivados financieros y divisas en diversos programas Master. Además, dirige los Comités de Riesgo de compañías de múltiples sectores de actividad, siendo miembro de varios Consejos de Administración. Ha sido contertulio habitual de emisoras de radio, miembro del equipo editorial de diversos diarios

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