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Recuento de los efectos y resultados de la mesa de diálogo

sábado 29 de febrero de 2020, 11:38h

Podrá gustarnos más o menos la mesa de diálogo entre el Gobierno y el independentismo, pero estamos obligados a realizar con todo el rigor posible un recuento de los efectos y resultados que ha tenido, sobre todo para las dos partes que la integran. Entre otras razones, porque no han sido pocos ni insustanciales.

Pretendo hacer ese recuento, aunque sea de forma preliminar. Adelanto, eso sí, que la mayoría de esos efectos no se reflejan en el comunicado conjunto emitido al final del encuentro. Su texto es tremendamente escueto y sólo destacan asuntos procedimentales (reunión mensual y posibles participantes). Solo hay una referencia de fondo sobre el contexto, al asegurar que los trabajos de la mesa se harán en el marco de la “seguridad jurídica”. Pero este asunto merece la pena tratarse en un balance más general de los efectos políticos de la mesa a nivel nacional, algo que dejaré para el final. Veamos ahora los réditos obtenidos para cada una de las partes.

Réditos obtenidos por el Gobierno

Evitar el fracaso temprano de la iniciativa.- Para el Gobierno era crucial que este primer encuentro significara que la mesa de diálogo era una iniciativa vigente y no se frustraba de inmediato (no era buena señal que la reunión se iniciara sin agenda). Algo que era más decisivo para el Gobierno que para el independentismo, por cuanto tanto para JuntsxCat como para ERC existía mucho mayor espacio de retroceso ante sus seguidores si la mesa fracasaba (confirmación de que España no quiere sentarse). Mientras que para el Gobierno simplemente se ponía en juego su legislatura. Ya lo dijo Rufián a bocajarro: “sin mesa no hay legislatura”.

Aprobación del techo de gasto.- La primera constatación del resultado anterior llegó de inmediato. Pocas horas después de la reunión se aprobaba en el Congreso la senda del déficit del 2020 mediante la abstención de ERC y Bildu (JuntsXCat votaba en contra a sabiendas de que sus votos no eran necesarios). Por cierto que el Gobierno tuvo la audacia de sumar también la aprobación del techo de gasto del 2021, lo que le evita tener que discutirla en otra sesión. Como se sabe, esta aprobación representa el umbral para la aprobación de los presupuestos públicos, algo que si llegara a suceder significaría la supervivencia del gobierno al menos por dos años. Moncloa experimentaba así una satisfacción de antigua data: “París bien vale una misa”, que dijera Enrique IV para poder acceder al trono de Francia.

Ampliación de la capacidad de maniobra política.- Haber logrado aprobar la senda de déficit permite al gobierno de Pedro Sánchez mostrar una imagen de asentamiento y estabilidad que incrementa su capacidad de operación política e institucional. De hecho, ha iniciado la ronda de contactos con el resto de los presidentes autonómicos viajando a La Rioja acompañado de 13 ministros. Un Sánchez seguro de sí mismo ha proclamado “la igualdad de los territorios”, 48 horas después de su muy diferente encuentro con Torra.

Réditos obtenidos por el independentismo

Determinación de la interlocución válida.- Este resultado ya fue obtenido por el independentismo inmediatamente antes de la reunión. El acuerdo inicial había sido que la mesa reunía a los dos gobiernos: el del Estado y la Generalitat. Sin embargo, dos días antes esta última anunció que incorporaría otros representantes que no formaban parte del gobierno. Importa destacar que entre ellos aparecían varios personajes duros (Villalta, Artadi, Jové) que influirían en los contenidos de la reunión. Por cierto que Josep Maria Jove, considerado el arquitecto del procés, ya estaba imputado y hoy esta formalmente procesado, junto a Lluis Salvadó, por los delitos de desobediencia, prevaricación, malversación y revelación de secretos. Claro, al cambiar la delegación catalana de forma unilateral quedaba más al descubierto la ausencia de los representantes de los partidos no independentistas. Pero el gobierno tragó el sapo sin rechistar.

Delimitación de los contenidos de la negociación y su canalización.- Aunque la convocatoria era completamente abierta, sin agenda prevista, ha trascendido que el gobierno trató de orientar la discusión hacia los 44 puntos de su propuesta programática, recibiendo el rechazo unánime de los representantes independentistas. Torra explicó que tales asuntos no eran competencia de esa mesa, sino de la Comisión Bilateral Estado-Generalitat. Según él, la mesa debía ocuparse únicamente de los asuntos relacionados con el “conflicto político”, es decir, autodeterminación, amnistía y fin de la represión. Al parecer, se produjo entonces una prolongada discusión sobre los orígenes y el desarrollo del conflicto entre Cataluña y España, cuyo único punto de acuerdo consistió en culpabilizar de todo al PP.

Avance en la desjudicialización y la excarcelación de los presos.- Varios de los participantes de la reunión han referido a los medios que la Vicepresidenta Calvo planteó si la desjudicialización y el mejor tratamiento de los presos podría considerarse parte de los temas a tratar para la reducción del conflicto político. También en este caso el rechazo fue unánime. No estaban dispuestos a hablar de la reforma de los delitos de rebelión y sedición en el Código Penal, ni de la suavización de la reclusión de los condenados. Sin embargo, el gobierno confirmó su decisión de avanzar en esa reforma y, sólo dos días después, la Junta de Tratamiento de la cárcel barcelonesa de Lledoners acordó aplicar el artículo 100.2 del reglamento penitenciario al ex vicepresidente de la Generalitat Oriol Junqueras y al ex conseller Raül Romeva, los cuales podrán salir tres días a la semana, seis horas cada jornada, para trabajar. No importa si esta decisión ha creado malestar en círculos judiciales y políticos, el gobierno de Sánchez prioriza lo que denomina “acciones para desinflamar”.

Balance político general

Pudiera parecer que el lado independentista de la mesa obtuvo mayor cantidad de resultados, dentro y fuera de ella, que el lado gubernamental. Pero eso es sólo un espejismo, porque Pedro Sánchez obtiene réditos mucho más cruciales con el mantenimiento de la mesa. Si esa mesa fracasa el independentismo sólo experimenta daños parciales y colaterales, pero si ese fracaso sucediera el Gobierno se juega su existencia: sin la aprobación de los presupuestos el gobierno no puede sobrevivir. Por ello está dispuesto a aceptar el guion secesionista hasta el extremo de excluir la mención de la Constitución en el texto del comunicado y sustituirla por el eufemismo de la “seguridad jurídica”. Como ya explicó Elsa Artadi “seguridad jurídica no es sinónimo de la Constitución, en los términos que hoy esta”.

Por otra parte, hay que distinguir los réditos que consiguen las dos partes de esta mesa del efecto general que tiene para el conjunto del país. Ya se sabe que la exaltación del dialogo ha servido históricamente para fines contrarios: camuflar una ofensiva mayor, comprar tiempo mientras llega un cambio de condiciones favorables, mantenimiento de la condición de interlocutor válido, entre otros. En efecto, para que el dialogo sea fructífero debe tener atributos que permitan la consistencia entre los fines y los medios. Pareciera que Sánchez también tiene alguna idea en su interior de este presupuesto. En su viaje a La Rioja ha emitido una declaración sintomática: “cuando las administraciones propician -ha dicho- un dialogo sincero, tranquilo y moderado, la cooperación interinstitucional, al final, es en beneficio de todos los ciudadanos”. Varios observadores han comentado que esta frase tiene una doble lectura hacia Cataluña. Y probablemente acierten.

El problema de fondo refiere a que pareciera que mucha gente piensa que un diálogo insincero, injusto e irreal, sólo tiene el efecto de ser ineficaz para resolver el problema que quiere enfrentar. Pero la historia muestra que un diálogo vicario puede tener efectos contraproducentes y contribuir en el tiempo al escalamiento del conflicto.

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