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'Taxi girl': amor, sexo, literatura y erotismo
(Foto: marcosGpunto)

'Taxi girl': amor, sexo, literatura y erotismo

viernes 06 de marzo de 2020, 09:24h

Entre 1923 y 1957, y a caballo de Nueva York y París, se desarrolla la acción de ‘Taxi girl’, un texto de la dramaturga burgalesa María Velasco, dirigido por Javier Giner –este es su primer montaje-, e interpretado a tres bandas por Celia Freijeiro (sutil y sugerente Anaïs Nin), Eva Llorach (carnal, explosiva y contundente June Mansfield y Carlos Troya (un obsesionado, inmaduro e insaciable sexualmente Henry Miller).

En la obra se narra la relación personal del trío en el periodo que discurre en esas tres décadas largas, aunque la acción no se presenta en orden cronológico, sino a través de avances y retrocesos en el tiempo. Comienza con un prólogo fechado en 1957 con June tumbada en el centro del escenario mientras los espectadores se van acomodando en la Sala de la Princesa del Teatro María Guerrero. El personaje arranca confesando su soledad, su temor a las frías calles de Nueva York y apuntando a su única salida vital, la prostitución.

El epílogo, sin embargo, lo firma Anais, en 1939, dirigiéndose en taxi hacia el aeropuerto de París, maleta en ristre, en busca de la libertad, su libertad personal pero también la de todas las mujeres de ese momento y de los tiempos que han de venir. Y entre uno y otro, se suceden también diversos episodios entre los tres personajes, que comienzan a principios de los años 20 con el entonces aspirante a escritor, Henry Miller, cuyas obras son rechazadas en todas las editoriales y que no tiene ninguna confianza en sí mismo.

El título de ‘Taxi girl’, obedece a un término anglosajón que se utilizaba en los Estados Unidos para referirse a las compañeras de baile de pago que se popularizaron a comienzos del siglo XX. June era una de ellas y así conoció a Miller con quien, más tarde, acabaría casándose. Anais, por su parte, fue amante del escritor norteamericano, pero también en un momento dado lo fue de June, situación esta que no agradaba al hombre.

La escenografía de Elisa Sanz (sobre una moqueta roja de largo pelo, un amplio y cómodo sofá en primer término, un escritorio a la izquierda y, al fondo, varios armarios con el amplio y rico vestuario de la escritora, que se iluminan al abrirse); la sugerente luz de Lola Barroso, llena de elegantes claroscuros, y la inspirada música de Mariano Marín constituyen el marco en donde se desarrollan las relaciones a tres bandas de los personajes. Por cierto, magníficamente vestidos –sobre todo ellas-, por Jonathan Sánchez, que ha sofisticado enormemente escotes, transparencias, lentejuelas, cortes y tejidos. Y, además, él mismo se ha ocupado también de la caracterización. Por último, el movimiento y la coreografía es de Alberto Alonso, que ha tenido que bregar con la limitación del espacio de la Sala de la Princesa, el mobiliario existente en escena y la proximidad del público.

Al fin, la ficción de María Velasco sobre la relación de Miller, Nin y Mansfield está llena de pasión y el hecho de que se muestren desnudos sus cuerpos en escena no es, ni mucho menos, escandaloso ni procaz. Aunque conviene advertir este extremo para que el espectador no se lleve a engaños, ni a escándalos injustificados y a que deje los posibles prejuicios fuera de la sala. Otra cosa habría sido, por lo menos extraña, y más aún tratándose de quienes se trata.

‘Taxi girl’

Texto: María Velasco

Dirección: Javier Giner

Reparto: Celia Freijeiro, Eva Llorach y Carlos Troya

Escenografía: Elisa Sanz (AAPEE)

Iluminación: Lola Barroso

Vestuario: Jonathan Sánchez

Música y Espacio Sonoro: Mariano Marín

Movimiento y coreografía: Alberto Alonso

Ayudante de dirección: Marta Matute

Fotos: marcosGpunto

Diseño cartel: Javier Jaén

Producción: Centro Dramático Nacional, Sociedad Cervantina y Celia Freijeiro

Teatro María Guerrero, Madrid

Hasta el 15 de marzo de 2020

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