Mientras la OMS insta a Europa a tomar las medidas “más audaces” posibles para detener al COVID-19, las grandes compañías, las autoridades monetarias y los gobiernos van anunciando nuevas medidas según se va recrudeciendo la situación.
En nuestro país, el Gobierno aprobaba ayer un paquete por un total de 200.000 millones de euros que representa alrededor del 20% del PIB, según señaló el Presidente. En Reino Unido, unas proyecciones que presentaban un peor escenario posible que incluía cientos de miles de muertos y un servicio de salud desbordado por pacientes muy graves ayudaba a convencer al Gobierno de la necesidad de imponer medidas más estrictas. En Japón, su banco central compraba 120.400 millones de yenes en fondos ETF negociados en la bolsa de valores de Tokio. La sucesión de anuncios de nuevas medidas a nivel mundial es continua, al tiempo que la situación está obligando a los mercados a contemplar escenarios más graves que una recesión.
Especial atención para los mercados son los anuncios de la FED. Ayer anunció que reabrirá una línea de crédito empleada durante la crisis financiera del 2008 para proveer de financiación directa a empresas y hogares, en medio del creciente temor a una crisis de liquidez. La reactivación del llamado mecanismo de financiación de papel comercial (CPFF por sus siglas en inglés) permitirá a la FED llevar efectivo directamente hasta las manos de las pequeñas empresas.
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