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Niños y tecnología: cómo educar en un uso saludable
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(Foto: Pixabay)

Niños y tecnología: cómo educar en un uso saludable

martes 24 de marzo de 2020, 08:35h

Si ya los niños actuales son totalmente tecnológicos, ahora, en época de asilamiento forzado, muchos de ellos sin tener ni siquiera un balcón al que asomarse para tomar el sol, la mella del confinamiento hace huella y los padres tiran de uso tecnología para poder hacer más llevadera esta experiencia de la que, sin duda, saldremos todos reforzados. Dafne Cataluña, directora del IEEP, Instituto Europeo de Psicología Positiva, reflexiona y aconseja a los padres sobre cómo educar en su uso saludable.

¿Estamos educando bien a nuestros hijos en el uso del móvil, los videojuegos y la tecnología en general?

Muchos padres y madres me preguntan cuánto tiempo es sano dejarlos, dónde está el límite entre el uso constructivo y el “enganche”. Lo cierto es que no hay todavía suficiente investigación como para poder saber cómo podemos hacer un uso adecuado de la tecnología, no sabemos el número de horas, el tipo exacto de juegos… pero sí que empezamos a saber qué es dañino. Por eso, si tu hijo cumple alguno de estos criterios puedes despertar la alarma para poner límites en el uso que hacen de la tecnología.

Hace unas semanas, de la mano de Juan Nieto, Director del Centro de Psicoterapia del IEPP Madrid, hablaba en un podcast sobre los límites entre adicción y el uso normalizado. Hablamos sobre dos puntos clave para saber si el uso no es adecuado: la tolerancia y la dependencia.

La tolerancia quiere decir que cada vez necesitan estar más tiempo mirando el móvil, con el ordenador o jugando con la consola. Esto sucede poco a poco, casi sin darnos cuenta. Lo que suele ocurrir es que marcamos unas horas al día o bien un máximo de juego y vamos viendo como a medida que pasa el tiempo va dedicando más espacios y como intentan alargar todo lo que pueden estar en exposición.

La dependencia quiere decir que “necesitan” estar en contacto con la tecnología, y si no lo hacen se frustran, se ponen de mal humor o entran en rabieta.

Algunas de las consecuencias negativas que se han observado si hemos cruzado el límite son un bajo rendimiento académico, estar irascibles, saltan por cualquier cosa, dejan de interesarse por otros juegos o por hablar con otras personas con las que antes lo hacían y empiezan a aislarse socialmente.

Pero no podemos dejar de lado que la tecnología forma parte del día a día familiar, por eso vamos a esbozar unas ideas sobre lo que sí que favorece una relación saludable con la tecnología.

  • La función principal del teléfono en un menor debe ser la comunicación.

Hablar con familiares o amigos constituye un uso constructivo, siempre y cuando no le dediquemos un tiempo muy elevado. Permite que tomemos contacto con personas con las que en persona no podemos hablar y que los lazos no se distancien o se enfríen. Más en tiempos como estos donde se hace imprescindible comunicarse con amigos o familiares.

  • Los videojuegos deben ocupar un espacio de tiempo reducido de su ocio.

Los videojuegos están diseñados para fomentar el juego, y por tanto la dependencia psicológica. En un artículo de la Revista Infocop del COP señalan que juegos como el Candy Crush, Fortnite o el FIFA tienen microtransacciones o Loot boxes, que comparten características psicológicas con los juegos de azar.

El cerebro del niño no está preparado para saber utilizar de forma responsable y con límites estos juegos, su cortéx prefrontal todavía es inmaduro, no es consciente de las consecuencias negativas que pueden ocasionarles en un futuro, solo son conscientes de la diversión y el placer que les proporciona en el momento, por eso como madres y padres tenemos la responsabilidad de estar muy pendientes para que cuando la utilicen lo hagan con sentido, con un para qué saludable y sobre todo de forma que no se convierta en su principal medio de ocio o de entretenimiento.

  • La tecnología es un medio de aprendizaje.

En la actualidad muchos colegios utilizan las aplicaciones de las editoriales para reforzar los aprendizajes que se trabajan en clase. Conectarse un rato a hacer ejercicios o a repasar lo que han visto ese día les permite no tener que cargar todos los días con los libros y disponer de más recursos de aprendizaje en casa. Y, ahora mismo todos estamos comprobando, a la fuerza, la utilidad de las mismas.

Los mejores recuerdos suelen crearse en momentos donde hacemos algo que evoca emociones positivas intensas, como cuando hacemos algo retante o cuando estamos pasando un buen rato en compañía de otras personas. Es poco probable que los mejores recuerdos de tus hijos en un futuro sean estando ellos solos jugando a la consola o con el móvil en las manos.

Nadie conoce tu familia y a tus hijos como tú, por eso si te paras a observarles sabrás si el uso que hacen es sano o empieza a ser perjudicial. Y si aún te quedan dudas es mejor que hables con un profesional y sientas la tranquilidad de que su desarrollo está siendo el mejor que podría tener.

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