Y así como quien no quiere la cosa... ¡Estamos en un nuevo mes!
Y siguen pasando los días y seguimos ordenando y desordenando pensamientos... y acostumbrándonos a esta primavera rara, que igual llueve, que nieva, que hace sol... aunque pensándolo bien, igual no es tan extraño, igual es que era así siempre la primavera y en este confinamiento nos parece rara porque no la recordábamos...
Y hoy me paro a pensar en cómo éramos antes del COVID 19... y creo que nos habíamos vuelto un poco antipáticos, como en un “cabreo” permanente... Íbamos por la calle malencarados, con cara de preocupación crónica, irascibles, gruñones, irritables... Será que como desde pequeños nos están educando en ser serios y responsables de repente nos lo habíamos tomado al pie de la letra. Habíamos perdido la costumbre de saludar en el ascensor o al entrar en un lugar, sin levantar la cabeza de una pantalla, sin contacto visual. Individualistas, como si nada nos viniera bien. Siempre corriendo, siempre con prisas, con ese “vamos, que llegamos tarde” desde por la mañana, enfadados con el mundo... Creo que habíamos perdido la sonrisa.
Y eso si que es triste, porque la sonrisa tiene un “Poder Mágico”. Con una sonrisa somos capaces de decir tanto... La sonrisa es el idioma universal, funciona en cualquier parte del mundo, es la manera más efectiva de comunicarnos. Sonreír es agradecer, es decir “no estás solo”. Cuando sonreímos nos sentimos bien y hacemos sentir bien al otro, una sonrisa tranquiliza, una sonrisa hace la vida fácil, una sonrisa no cuesta nada y vale mucho. Una sonrisa puede cambiar las emociones... y es que no hay nada más bonito que una sonrisa y además es contagiosa. No tenemos más que recordar cuando éramos niños y jugábamos a ver quien era capaz de aguantar más tiempo sin reírse... en el momento que uno reía todos lo hacíamos
¡Qué Maravilla!
Y ahora en estos días de tristeza, de confinamiento, de incertidumbre, de miedo, de enfermedad, de querer hacer como que todo va bien... Todos queremos mostrar nuestra mejor sonrisa. Y arrancársela al otro. Cuando salimos a los balcones a aplaudir, cuando levantamos a los niños sabiendo que nos espera otro día sin salir, cuando vamos a comprar, porque es una manera de agradecer un trabajo que quizá antes no hubiéramos valorado. Cuando llamamos a los nuestros y sonreímos con las palabras, cuando imaginamos la de cosas que vamos a hacer cuando esto termine, cuando enviamos un “meme” por whatsapp porque sabemos que quien lo recibe se va a reír. Cuando hacemos una videollamada y no perdemos la sonrisa, esa que cura, esa que tranquiliza, esa que dice más que cualquier palabra...
Por eso cuando esto pase, que pasará... Ojalá y seamos capaces de sonreír, de aparcar la amargura, que para amargarse siempre hay tiempo y para ser feliz no tanto... Ojalá y si no sabemos que ponernos nos pongamos nuestra mejor sonrisa. Ojalá y volvamos a los buenos días, buenas tardes, buenas noches con una sonrisa. Ojalá y aunque nos falten las palabras nos sobren las sonrisas. Ojalá y pronto muy pronto la única curva de la que hablemos, sea de esa que lo endereza todo: LA SONRISA
Si (
No(
