¡Ya es primavera!

Bueno, pues ya vamos avanzando en el mes y por fin, parece que ya es primavera.

Por lo demás, seguimos más o menos igual. Esperando saber qué nos cuentan hoy en el Consejo de Ministros, o qué no nos cuentan. O qué nos cuentan hoy para mañana decirnos otra cosa... La desescalada parece que sigue desescalando y nosotros seguimos desfasados. Las noticias económicas cada día son un poco más desalentadoras y lo que parece claro es que nuestra convivencia con el COVID 19 va a ser larga, por eso lo mejor es no confiarnos y a la vez, confiar...

Y este año, aunque parece que nos la están robando, la naturaleza sigue su curso... Y quizás, aunque parezca paradójico. Ahora es cuando la estamos observando como no la habíamos visto antes. Incluso redescubriendo la primavera en las ciudades. El sonido de las aves volando libres. Ese canto de los pájaros al despertarnos o al atardecer...

Madrid en silencio y con el cielo limpio nos permite escuchar sonidos que en todos nuestros años de vida no los habíamos oído antes. Esa estampa bucólica con la que idealizábamos un momento de desconexión, escuchando los sonidos de la naturaleza, los estamos disfrutando en nuestras casas, en nuestras terrazas, en nuestros paseos, aunque vivamos en pleno centro de la ciudad. Lo que antes era tráfico, ruido, sirenas... ahora es silencio. Un silencio que nos permite escuchar sonidos más propios del campo, de la montaña, de parques y de lugares tranquilos y deshabitados, que de ciudades habitadas por millones de personas.

Y parece increíble que una pandemia haya sido capaz de paralizar los colegios, los trabajos, las empresas, la actividad, el ocio, los planes, nuestras vidas, el mundo entero. Pero la naturaleza esté más viva y más cercana que nunca. Aunque a veces, no tengamos la sensación de estarla disfrutando. En nuestros paseos diarios estamos descubriendo flores que nunca antes nos habíamos dado cuenta ni de que estaban. Esos aromas de primavera, esas margaritas silvestres y esas amapolas que nos recuerdan a nuestra infancia. Los árboles más frondosos y verdes que en otros años. Estamos descubriendo un sonido y un colorido que la contaminación, el ruido y las prisas no nos habían permitido disfrutar antes. El hecho de salir a los balcones a diario ha querido que los tengamos más cuidados y bonitos que nunca. Incluso, cuando creíamos que nos habían robado nuestra primavera, es cuando puede que esté más viva y que ahora sea el momento de respirar, de valorar de conectar con la naturaleza y puede que con nosotros mismos.

Esa sensación de oír los pájaros desde la cama, componiendo una sinfonía que no sabemos muy bien interpretar, pero que en muchos casos nos trae paz. Incluso queremos ver algún mensaje en ese canto de las aves. No deja de maravillarnos esa sensación de plena naturaleza en medio de la ciudad. Esos cielos limpios, despejados con aire puro...

Antes del coronavirus, la primavera eran escapadas, terrazas, alergias... Y el pistoletazo de salida era el anuncio de El Corte Inglés y su “Ya es Primavera”. Eso pasaba en Marzo y ahora, aunque haya sido en Mayo también ha llegado. Y la verdad, es que ayer cuando vi el spot, me encantó porque sentí una sensación de placentera y necesaria normalidad ¡Hasta me dieron ganas de cambiar los armarios!

Es como si esta primavera quisiera que la escucháramos y nos estuviera dando la oportunidad de asomarnos a nuevos escenarios de la vida.

Por eso cuando esto pase, que pasará... Recordaremos que hubo un virus que paralizó el mundo y que nos quitó la libertad con la intención de robarnos la primavera. Pero no lo consiguió. Porque no pudo frenar el calendario ni parar la naturaleza. Y fue entonces cuando descubrimos aromas, sonidos, colores y sensaciones que nunca antes habíamos sentido en plena ciudad. Y fue en ese momento, cuando fuimos conscientes de lo privilegiados que éramos por tener la oportunidad de contemplar el milagro diario de la naturaleza y reconciliarnos con ella.