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Publicidad en tiempos de coronavirus

jueves 21 de mayo de 2020, 12:52h

Otra semana que está casi vivida... ¡Ya es Jueves!

Y hoy volvemos a estar como cuando empezó todo, con 15 días por delante del Estado de Alarma, pero ahora sabiendo lo que es... Ya utilizamos nuestro nuevo vocabulario a diario: Confinamiento, Coronavirus, COVID 19, pandemia, escalada, desescalada, fases, nueva normalidad... Somos expertos en mascarillas y sus diversos modelos y homologaciones, en todas las variedades de guantes desechables, en geles hidroalcohólicos... Ya de manera natural nos saludamos con la distancia de seguridad preceptiva, sonreímos con la mirada y hacemos cola ordenadamente para comprar. Salimos a pasear una vez al día cómo y cuándo nos dicen...

Ya nos hemos acostumbrado a convivir con un virus desconocido que ya vamos conociendo.

Y ya tenemos ganas de retomar nuestras vidas, no de “nueva normalidad”, por mucho que se empeñen, sino de normalidad, sin más. Cada uno la normalidad que quiera o pueda tener. Y parte de esa normalidad son los anuncios, que ya vemos cómo van volviendo a nuestras pantallas, a la radio, a las webs... a los medios en general. Al principio de la pandemia los anunciantes y las marcas retiraron casi toda la publicidad, desaparecieron. Puede que por la incertidumbre y porque el consumo estaba parado, como el mundo en general. O puede que para que no pareciera una frivolidad querer vender entre tanta tragedia. Y luego comenzaron tímidamente los anuncios que nos animaban a quedarnos en casa. A estar separados para poder luego estar juntos. A pensar en los nuestros, a soñar con reencuentros. Anuncios que hablaban de solidaridad, de esperanza, de aplausos, de agradecimiento, de reconocimiento, de ánimo, de salir juntos y reforzados, de conectar para no desconectarnos. De creernos de verdad que somos un gran país... Con canciones pegadizas, que nos emocionaban, de esas capaces de hacer que se saltaran las lágrimas. Aunque es verdad que al principio de todo esto, tampoco nos hacia falta mucho para llorar... Pero consiguieron llegarnos y ver el lado amable de las marcas.

Y es que el confinamiento ha despertado la creatividad. Cambiando la manera de comunicar de las marcas y las agencias. Adaptarse al momento, hacer las mismas cosas, pero de manera diferente. Publicidad emocional, de la que cuenta historias, de las que empatiza con la situación, de contenido social. De la que nos hacen sentir, con la que nos identificamos. Llenas de sensaciones. Anuncios que refuerzan vínculos. Que nos traen a la mente momentos en los que fuimos felices y en los que volveremos a serlo. Primavera, Verano, sol, playas, cerveza, tinto de verano, abrazos, brindis, besos, ropa llenas de colorido, aromas, aire libre, libertad, amigos, familia, bares...

Y también hay campañas arriesgadas. Un anuncio en el que sólo se escucha silencio. Un homenaje a los fallecidos que sin duda, te hace levantar la cabeza y prestar atención. Muy impactante y efectiva a la vez.

Esa publicidad muchas veces tan denostada, pero tan necesaria y que forma parte de nuestra memoria individual y colectiva. De nuestra infancia, de momentos, hasta de personas. Esas marcas que nos han acompañado siempre. Melodías y Eslóganes que nunca olvidaremos y que han pasado a formar parte de nuestras expresiones sobreviviendo al paso del tiempo, incluso pasando de generación en generación

Por eso cuando esto pase, que pasará... Recordaremos que hubo un virus que nos paralizó y que fue el auténtico protagonista de nuestras vidas. Y también lo fue de la publicidad, girando todos los mensajes en torno a él. Pero que hubo un día que nos hizo especial ilusión ver un anuncio en el que ya no se nos animaba a quedarnos en casa, sino a salir. Y que en lugar de arrancarnos una lágrima, nos sacó una sonrisa y lo vimos como una ilusionante señal de normalidad. Y en ese momento, comenzamos a querer disfrutar de nuestra libertad y decidimos perderle el miedo al miedo porque lo que nos tocaba ya, era retomar nuestra nueva vida.

Esther Ruiz Moya

Periodista

Esther Ruiz Moya es comunicadora, creativa, escritora y motivadora. Premio Círculo Rojo 2021. Colaboradora en medios en España y Estados Unidos. Autora del libro 'Cuando esto pase...', sobre la pandemia y el confinamiento. Autora del podcast 'A Contraluz', disponible en Spotify

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