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Diario de una pesadilla (2 de junio)

martes 02 de junio de 2020, 13:45h

Hoy se cumplen 6 años del anuncio de la abdicación del rey don Juan Carlos. Fue el secreto mejor guardado. No hubo filtraciones, no hubo un medio que se adelantara a otro. Todos nos sorprendimos a la vez con la decisión del monarca que había regido los destinos de España durante casi 40 años. Por cierto, los años más fructíferos de nuestra reciente historia democrática.

Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba sí lo sabían. Entre el Partido Popular y el Psoe se pusieron de acuerdo para que esa decisión no supusiera un cataclismo que perjudicara al país. Se hizo con mesura y con sentido de Estado. Se impuso la normalidad democrática y la sucesión, que fue de facto el 18 de junio, se retransmitió al mundo con una ceremonia llena de simbolismo y de emoción.

Está claro que el momento fue elegido con acierto. Imagínense si hubiera sucedido hoy en plena crisis sanitaria; incluso hace dos años, en plena moción de censura con un abrupto cambio de Gobierno. Hace 6 años era momento idóneo para una sucesión difícil. Don Juan Carlos con mucha dificultad para una buena movilidad; los escándalos relacionados con la princesa Corinna Larsen; la irrupción del movimiento del 15-M y una Cataluña con fiebre, cada vez más alta, independentista… Fue una gran decisión.

Han pasado seis años y parece mentira que en seis años hayan ocurrido tantas cosas. A los periodistas no nos ha dado tiempo de asimilarlas. Salimos de una información de primer nivel como fue ésta y ya estamos inmersos en otra de magnitud parecida.

A todos los que respiramos hondo el 23 F de 1981 con las palabras del rey, nos parecía imposible estar viviendo la abdicación de don Juan Carlos. A muchos que pensamos que el rey moriría como los Borbones, ciñendo su corona de rey, nos sorprendió. Hoy visto desde la perspectiva actual, fue la decisión correcta, en el momento correcto.

La imagen de don Juan Carlos se ha deteriorado a pasos agigantados en estos últimos seis años. Pero seríamos injustos si no le reconociéramos que nos llevó de la mano hacia una Constitución y hacia una democracia convirtiendo nuestro Estado en una monarquía parlamentaria.

Fue la séptima abdicación de un rey de España, cuarta si se contabiliza solo a los reyes que estaban en el trono y lo hicieron por propia voluntad. El 19 de junio, la abdicación salió en el BOE en forma de Ley Orgánica. Felipe VI ceñía la corona de España. Ya su padre, formaba parte de la historia reciente de nuestro país. Han pasado solo seis años y parecen seis lustros. ¡Un poco de oxígeno al rey Felipe y de paso a nosotros también! ¿Habrá algún momento que no sea convulso en su reinado? Sería deseable…

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