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La unidad que nunca llega

viernes 03 de julio de 2020, 19:20h

Recuerdo cuántas veces se ha hablado y se ha escrito sobre la llamada Transición Española. Se habla de un momento histórico y único en nuestro país. Un espacio temporal donde se dice que hablaron unos españoles con otros, de un bando y de otro y que todos cedieron por el bien de todos.

Otros dicen que nos venden que ese momento no fue tan idílico ni modélico y que en realidad, fue un “cambiar todo pero sin que nada cambie”. La frase en sí resulta bastante extraña.

Hoy nos encontramos en un periodo tan dramático como histórico por culpa de una pandemia que debería unirnos a todos sin excepción y sin embargo, hay una parte que quiere que España salga adelante y otros, se dedican a esparcir odio, campar a sus anchas con su forma yo diría hasta rastrera de hacer Política cometiendo la osadía incluso de decir que lo hacen “por amor a España”, con sus típicos golpes de pecho, gritos y soflamas que recuerdan a tiempos no tan pretéritos donde hubo derramamiento de sangre, fractura en todos los sentidos, privación de derechos y de libertades y que, según observamos parece que estarían encantados de que esos tiempos volvieran.

Recurren al insulto, al lenguaje del odio para intentar que un Gobierno legítimo salga del poder para recortar derechos a todos los españoles convirtiendo en poco menos que en escoria a las mujeres, a los gays, las lesbianas, los transexuales pero luego, eso sí, son mucho de ir a misa y rezar aunque en el currículum vitae de algunos conste hasta que están divorciados pero a ellos, todo les vale.

Pero hay gente que hemos dicho basta. Lo hacemos porque queremos una España mejor, más justa, igualitaria y digna. Porque queremos tener un trabajo digno, con un salario que nos permita vivir de manera normal pero nos encontramos con que hoy día, aún tenemos un sistema legislativo que no se adapta a las exigencias de Europa. Y es que es curioso que se nos llene la boca de decir que somos europeos y por ejemplo, llevemos veintiún años (se cumplieron el pasado 28 de junio) sin aplicar una ley que nos dicta nuestro continente que dicta que una persona no puede estar más de tres años contratado de manera temporal por el sistema público y sin embargo, ¡qué curioso! Los distintos gobiernos hayan sancionado a una empresa privada por no hacer fijo a sus trabajadores llegado ese tiempo de contrato. O sea, es un “consejos vendo pero para mí no tengo”.

Otra cosa curiosa, llevamos años aumentando las plazas educativas en colegios e institutos públicos y sin embargo, no encontramos puntos de encuentro para acabar con los conciertos educativos que se crearon porque en su momento, había una necesidad dado que el Estado no podía soportar económicamente todo el sistema educativo y tuvieron que tomar ese medida. Y yo me pregunto: ¿por qué no se unen todos los partidos para abordar este problema y acabar con él de una vez?

Tampoco veo una unidad clara a la hora de acabar con el concordato con la Santa Sede. Que en los años de la Transición no se llevase a cabo esa medida, lo veo lógico puesto que veníamos de una Dictadura fascista donde uno de sus máximos apoyos venían precisamente de la Iglesia Católica y entiendo que la resistencia del sistema franquista era tremendamente fuerte y el aparato del Estado estaba como estaba y era como era pero creo que han pasado muchos años como para no pensar en empezar a plantearse al menos en romper ese muro.

Tampoco vemos unidad en abordar temas como el de la Casa Real aunque, al menos, hemos avanzado un poco y se ha visto en el caso de Iñaki Urdangarín donde ya vemos luz y ésa no es otra que algún día en absolutamente todos los casos, se haga cumplir aquello de que todos somos iguales ante la Ley. También queda pendiente debatir y discutir todos los españoles cómo debe ser nuestro modelo de Estado.

Hoy estamos ante un sistema democrático que sostiene una Monarquía Parlamentaria pero bien es cierto que hace tiempo que no salen encuestas donde nos pregunten a los españoles si apoyamos o no a la Monarquía. Lo cierto y verdad es que en una entrevista que realizaron hace años al Presidente Adolfo Suárez González donde él mismo dijo que siendo el inquilino del Palacio de la Moncloa, se llegó a sondear un posible referéndum sobre este tema y parece ser según aquella entrevista que el resultado no era nada halagüeño para los intereses de la Corona. Y, ¿en este tema donde veo yo necesaria la unidad? Pues que cuando toque, cuando encontremos un clima social, económico y político tranquilo, se plantee consultar esta cuestión vía referéndum a todos los ciudadanos de este país. Es más, si saliera una mayoría a favor de la Monarquía Parlamentaria, ésta saldría hasta reforzada. Ahora, lo que siento es que no está todo lo fuerte que debería estar y eso que creo que tenemos a un monarca bastante diferente a lo que era su padre y a mí, personalmente no me cae mal y que ha tenido que lidiar con una situación política dificilísima y una familiar nada fácil, y más ahora donde hay presuntos casos turbios relacionados con su padre, el rey emérito Juan Carlos I.

Ahora leo y escucho a Pablo Casado hablar de un necesario pacto por la Sanidad Pública y lo aplaudo pero nadie le habrá visto pedir perdón por los hachazos acometidos por los gobiernos de su partido en esta materia. Eso sí, de pacto por la Educación Pública o por las pensiones públicas, no le he escuchado nada y sinceramente, me encantaría que sucediera porque yo creo que no es de recibo que en España cada vez que entra un gobierno nuevo, por ejemplo, tengamos una ley educativa nueva. Eso nos hace retroceder demasiado, sin contar el problema que genera a toda la comunidad educativa cada vez que sale una ley nueva que, a poco que estamos un poco adaptados a la norma, se vuelve a cambiar. Y así, créanme que es imposible avanzar en nuestro país y no hay mayor base para el avance y progreso de una sociedad como la Educación. A mayor formación, mayor igualdad de oportunidades educativas para todos los ciudadanos, mayores y mejores expectativas de vida tendremos. Pero para esto tampoco hay unidad.

Al menos, hay un dato para la esperanza que, sin ser síntoma de unidad sí es un gesto de agradecer al actual Gobierno y es la decisión que tuvo el Ministerio de Sanidad de mantener en el cargo al Doctor Fernando Simón nombrado en su momento por la ministra del PP Ana Mato. Y es que a una ley no escrita que dice: “No cambies aquello que funciona” y en este caso, la labor de este epidemiólogo está funcionando aunque, se da la paradoja de que recibe feroces críticas a lo que está haciendo desde el partido que lo nombró en su momento. Parece ser que para algunos la memoria es algo demasiado corto.

¿Y por qué creo que la unidad debe ser la brújula que guíe a España? Porque en determinados temas, hay cosas indiscutibles donde ir de la mano nos favorece a todos y porque además, si esto fuera posible, la gente de la calle no huiría de la Política, no vería la Política como algo inútil y no se vería con tanta desesperanza por ejemplo, lo que suceda en la Comisión para la Recuperación Social y Económica que preside Patxi López, donde unos cuantos interinos en fraude de ley hemos logrado llevar esta iniciativa para que desde la Política se solucione un problema social pero que ha sido creado por la Política de políticos y sindicatos. ¿Lograremos acuerdos de país en esa comisión? Eso espero pues con acciones como esas sí que podría decir que por fin, ha vuelto aquella unidad que parece ser patrimonio de personas del Pasado.

Políticos, sindicatos, patronal, poderes financieros, etc. por favor, les pido que este artículo nunca más tenga que escribirlo y si escribo algo, que sea con un título tipo como: la unidad fue posible como en la Transición en palabras del Presidente Suárez sí lo fue la concordia, que es justo la frase que reza en su estatua de Ávila capital.

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