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Historieta con chismes machistorros

domingo 05 de julio de 2020, 10:13h

Ahora que Lidia Falcón también es facha, machirula y tránsfoba, parece el momento adecuado para elevar a los altares a Pablo Iglesias, aunque no supera la prueba del algodón 'wasapero'. En fin, agárrense que vienen muchas curvas.

Hace unos días, el vicetodo nos traía la teoría conspiranoica del Deep State en su contra -al mismo tiempo que lo hacía Donald Trump y con los mismos argumentos- y esta semana, a la vista de que un juez le ha dado un soplamocos judicial apartándolo como ser perjudicadito sniff en el culebrón Dina Bousselham, la culpa es del chachachá, de las cloacas, del Estado Profundo, que suena a conspiración judeo masónica y pertinaz chorrada; de Villarejo y de los fiscales Stampa y Miguel Serrano con los que mantuvo una reunión subrepticia Marta Flor, abogada de Bousselham quien les entregó documentos procesalmente heterodoxos, y que calificó (ojo al lenguaje infantilón) de “triunfo máximo, absoluto, brutal, descomunal, titánico…".

Esta Marta, Flor de un día, con la ayuda y connivencia de Ione Belarra, se deshizo meses atrás de su jefe el abogado José Manuel Calvente Redondo porque estaba investigando sobresueldos, préstamos de reparto oscuro y nombramientos a dedo en la pirámide morada y muchos datos e indicios apuntaban a la cúpula.

La cosa es que el gallinero ya estaba alborotado cuando la Bousselham vio que las promesas de matrimonio de Iglesias se esfumaron (era 2016) en el dedo con anillaco de pedida de Irene Montero, nada que ver con la azotable Mariló Montero. Entonces el exnovio stalker (acosador) de Dina, en perfecto ataque de cuernos, parece que robó el móvil de la muchacha y decidió enviar la SIM a Interviú.

En Zeta ocurren dos cosas, por un lado, Alberto Pozas y Luis Rendueles duplican la tarjeta y, por otro, Antonio Asensio decide devolver la SIM original a Iglesias al comprobar que allí hay documentos internos de Podemos de poder incriminatorio. A ver, que desde el punto de vista de Interviú, las fotos de Dina en topless en plena circulación del rumor de que Iglesias y la argelina se la estaban pegando a Tania Sánchez -sobre todo después de que el asalto sexual a IU vía Tania no fructificara- era una portada jugosa y llena de beneficios, pero un favor al vicetodo… eso no tiene precio.

Iglesias se queda la SIM, la mete en el microondas -el método de los martillazos no es bueno- y un año después se la devuelve a la moza inutilizada. La explicación que da es que tenía que proteger la intimidad de la muchacha, mayor de edad y autónoma, porque para eso él es proto patriarca y hetero pichabrava.

Un culebrón venezolano con tintes de chismografía telecinquera. De momento nos deberemos conformar con saber que Iglesias es un machista que azotaría a una mujer, capaz de utilizar a otra para asaltar IU con tetosidad y alevosía, que escribe que le repugna tener hijos y formar una familia mientras preña a Montero y que maneja los dineros del partido con la misma alegría que Bárcenas pero con bastante menos talento financiero.

Mientras tanto, las hordas redesociálicas del muchacho se han puesto en marcha, con bots y botox, y defienden a Iglesias-Brummel, vuelve el hombre, y hasta emulan a Inda financiando el diario digital laultimahora.es (no confundir con ultimahora.es) que replica con menos talento y más violencia los métodos de OKDiario.

Y este es el panorama Pre-Covid-2ª oleada en el país del minigobierno que ahora empieza a (intentar) pactar con PP después de que Ciudadanos -hábil jugada de Arrimadas que las encuestas premian con un ascenso mientras Vox y Podemos retroceden, ambas excelentes noticias- se deshiciera de la facción ultra que había secuestrado ideológicamente al partido y levantara el veto sobre Sánchez y su banda. Y sumemos la previsible mayoría absoluta de Feijoo que tampoco se lo va a poner fácil a Casado Blanco para que siga jugando a mini Aznar.

Entre tanto, queman a Colón en la región del Ténebre; el alcalde de Boadilla del Monte, Javier Úbeda, se ofrece para adoptar las estatuas de Fray Junípero y de Cervantes vandalizadas en San Francisco, y los ultras de izquierda morada y derecha verde se rasgan las vestiduras porque Bertín Osborne es presidente en una distopía en una serie de ficción. Tal vez por eso que Lidia Falcón resulta ser facha y machirula. Paíssss.

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