Desde hace más de 3 meses, los más pequeños vieron alterada su vida, empezando por su rutina escolar. Es cierto que la gran mayoría saben que no pueden hacer ciertas cosas porque fuera está “el coronavirus” pero… ¿qué pasa con todos esos niños, que ahora, en los meses de verano tienen que ir a campamentos o escuelas? ¿Cómo podemos explicarles cuáles son las nuevas rutinas que tienen que adquirir para poder estar seguros y disfrutar a la vez de sus entornos sociales?
¿Cuál es el punto justo para que entiendan que hay que protegerse, pero no generar en ellos un miedo a retomar su vida y sus actividades? Los niños, al igual que los adultos necesitan tener contacto con sus iguales, tienen que convivir con ellos e interaccionar porque es posible que demasiado tiempo si ese contacto genere en ellos algún que otro miedo o rechazo.
Lo ideal sería haber empezado a hablar con nuestros hijos sobre la existencia del coronavirus desde el principio, por supuesto, adaptándonos a su edad y a su nivel de comprensión. A los menores entre 5 y 10 años, podemos explicarles que efectivamente existe un virus muy pequeñito que no se ve, que provoca en las personas dolores y problemas respiratorios, y que, para protegernos de él, tenemos que hacer 3 cosas que son sencillas, como intentar no tocar las cosas que están fuera de casa, no llevarse las manos a la boca y generar en ellos el nuevo hábito de limpiarse las manos cada cierto tiempo. No podemos olvidar que son niños y que, aunque intenten hacerlo bien es posible que en varias ocasiones cometan errores. Nuestro papel ahí consiste en mantener la calma y no enfadarnos o gritar al pequeño, puesto que de ese modo solo reforzaremos su equivocación y generaremos un miedo que no va a ayudarle a llevar a cabo los rituales adecuados. Ahora más que nunca tenemos que poner en práctica una técnica conocida por los profesionales, para la asertividad, que se llama “disco rayado” es decir, repetirle al menor, las veces que sea necesario, la importancia que tiene que lleve a cabo esas tres conductas, para protegerse él y para proteger a sus amigos y los que vivís en casa con él.
El fin último es que los niños entiendan la importancia del tema que nos ocupa en la actualidad, sin generar en ellos un miedo irracional que les impida relacionarse con los iguales y querer salir a la calle, puesto que, a esas edades, la aparición de un miedo puede resultar muy incapacitante. Los menores actuarán e interpretarán la existencia del Covid19 como lo hacen sus padres, su ejemplo a seguir en la vida.
Con los más mayores, debemos adecuarnos también a su lenguaje y razonamiento y del mismo modo transmitir la importancia de lo que ocurre fuera, haciéndoles partícipes, no solo de su autoprotección, (que a veces es lo que menos les preocupa) sino de la protección de aquellos que más quieren; a los jóvenes y adolescentes tenemos que darles un rol, un papel importante para la protección y el bien de la familia, ya sean sus padres, abuelos o hermanos y hacerles comprender la importancia y las consecuencias que podrían tener sus conductas si no llevan a cabo los rituales de protección adecuados.
Es importante tener precaución y llevar a cabo en casa conductas de protección por parte de los adultos de la familia, para que los menores integren esos rituales como parte de la normalidad y entiendan que si sus padres lo hacen es porque es lo mejor para todos y ellos también querrán hacerlo. Si en casa no utilizamos mascarilla, o no llevamos a cabo la limpieza de manos, por ejemplo, adecuada, no podremos pedirles a nuestros hijos que lo hagan porque no llegaran a entender porqué ellos tienen que hacerlo y los mayores no. tenemos una gran oportunidad para ejercer de ejemplo para los más pequeños y además, para practicar la generosidad y el autocuidado y autoprotección, no dejemos que se nos escape.
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