Nueva discrepancia a la vista entre los socios del Gobierno de coalición, esta vez a costa del anuncio de fusión de Caixabank y Bankia, que supondría la creación del mayo banco del país. Mientras el PSOE se ha plegado a la declaración del ministerio de Economía, que da su visto bueno a la operación, Unidas Podemos ha tachado de "preocupante" la noticia.
La noticia económica de la semana llegó este viernes con el anuncio de una inminente fusión entre Caixabank y Bankia. A primera hora de la mañana, el Gobierno emitía un comunicado a través del Ministerio de Economía, que dirige Nadia Calviño. En el caso de que las negociaciones prosperen, "el FROB analizará la operación con completa objetividad desde la perspectiva de generación de valor y optimización de su capacidad de recuperación de ayudas".
"El Gobierno tiene una prioridad en relación con Bankia: proteger el interés general de los ciudadanos españoles, maximizar el valor de la participación pública y reforzar la estabilidad financiera del país. Estos son los principios que guiarán cualquier decisión en este ámbito", rezaba el comunicado.
La posición oficial del Ejecutivo choca con la de Unidas Podemos, que considera "preocupante para la economía española" la noticia de la inminente fusión entre ambas entidades bancarias. Además, Unidas Podemos, ha confirmado que no estaba al tanto de la operación, ya que no se lo había comunicado la ministra de Economía, Nadia Calviño. El secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez, expuso los argumentos por los que muestra su recelo ante la operación anunciada.
"De la última crisis salimos con una importante concentración bancaria. Seguir profundizando la oligopolización del sector financiero no es una buena noticia para la competencia del mercado, ni para la propia estabilidad del sector financiero. La crisis anterior nos enseñó que tener entidades financieras 'demasiado grandes para quebrar' (too big to fail) genera importantes riesgos para la estabilidad del sector", manifestó Álvarez en su cuenta de Twitter.
El secretario de Estado de Derechos Sociales subrayó que "las fusiones suelen tener importantes implicaciones sobre las plantillas laborales de las empresas; no es este precisamente un buen momento para posibles despidos de trabajadores, en un contexto de alto desempleo".
"Impulsar la modernización del tejido productivo español requiere desarrollar una banca pública eficiente, como por ejemplo tiene Alemania. Bankia puede ser el embrión para ello, y por tanto el Estado no debe abandonar su participación en el capital, reprivatizando la entidad. El Estado invirtió 24.000 millones en sanear Bankia y por tanto debe proteger a los contribuyentes, que rescataron con sus impuestos la entidad. Las ayudas públicas deben servir para atender necesidades económicas generales, y no para mejorar la rentabilidad de otras entidades", afirmó Álvarez.
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