El Defensor del Pueblo, Francisco Fernández Marugán, ha iniciado una actuación de oficio tras conocer que el pasado domingo el Teatro Real tuvo que suspender la representación de Un ballo in maschera, ópera de Verdi con la que el coliseo madrileño había inaugurado la temporada, por las protestas del público que denunciaban la falta de distancia social entre las localidades de la sala.
Según la denuncia de algunos espectadores, recogida en diversos medios de comunicación, en algunas plantas del teatro -que se situarían mayoritariamente en los pisos superiores y, en menor medida, en el patio de butacas- había hasta 15 asientos seguidos ocupados por personas que no acudían juntas a la ópera.
Fernández Marugán se ha dirigido al director general de la Fundación del Teatro Real para recabar información precisa sobre lo ocurrido y conocer las previsiones y medidas que se prevé adoptar para las sucesivas representaciones programadas, a fin de garantizar la seguridad de todos los asistentes y participantes en las mismas y el cumplimiento de las medidas sanitarias acordadas frente a la pandemia.
Un día antes, el presidente del Teatro Real, Gregorio Marañón y Bertrán de Lis, aseguró que en todo momento se respetaron las medidas de seguridad previstas en la normativa vigente comparando la situación en el espectáculo con los asientos ocupados en un avión comercial. No obstante, Marañón y Bertrán de Lis se mostró receptivo a la posibilidad de modificar las medidas de prevención en el futuro para tratar de mejorar en lo posible el servicio ofrecido a sus usuarios.
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