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Crítica de la obra 'Mío Cid': '¡Dios… qué buen vasallo si hubiere buen señor!'

Crítica de la obra 'Mío Cid': "¡Dios… qué buen vasallo si hubiere buen señor!"

miércoles 28 de octubre de 2020, 17:07h

La de José Luis Gómez (Huelva, 1940), ha sido –es, y quiera Dios que por mucho tiempo más lo sea-, toda una vida dedicada al arte del teatro, al arte de la palabra, el gesto y el movimiento del cuerpo puestos al servicio de la historia que se cuenta. No hace falta mucho más para llevar al espectador a tiempos pasados o futuros, a tierras reales o imaginadas, a realidades históricas o de ficción. De todo ello hay –y mucho-, en ‘Mío cid’, un montaje que dirige e interpreta José Luis Gómez en el que se recupera el poema épico Cantar de Mío Cid y que el Teatro de la Abadía ha programado en la Sala Juan de la Cruz del 20 al 29 de octubre.

El espectáculo es un insuperable colofón a las celebraciones que el Teatro de La Abadía viene proponiendo a los espectadores para celebrar su XXV aniversario, y surgió a partir de la lectura ocurrida en el marco de Cómicos de la lengua, la iniciativa que se impulsó con la conmemoración del III Centenario de la Real Academia Española y por la que académicos y cómicos daban vida en el escenario a textos escritos en 850 años de lengua española

En ‘Mío Cid’, poema anónimo y de tradición oral, Gómez se convierte en un moderno juglar del siglo XXI que durante unos 75 minutos va recreando las mil y una aventuras, proezas, reveses y sinsabores, no solo del héroe medieval sino también de todos y cada uno de los personajes que aparecen en el Cantar del Mío Cid a lo largo de sus tres partes. A saber, “Cantar del destierro”, “Cantar de las bodas de las hijas de Cid” y “Cantar de la afrenta de Corpes”.

El inmenso acierto de Gómez está, no solo en respetar escrupulosamente la estructura y el habla popular del primer poema épico de la lengua castellana (¡escuchar al maestro es una verdadera delicia!), sino también de incluir entre ellos unas cortas pero brillantísimas conferencias divulgativas sobre el contexto y el enorme significado del poema para la configuración de España y lo español: “…en esas palabras escritas hace siete siglos aparecen todas las lenguas que en el país se utilizan hoy, en pleno siglo XXI (galaico, valenciano, aragonés, ecos del asturiano y hasta del vasco). “En este texto resuena nuestra casa, nuestra tierra…”.

En un escenario totalmente vacío, con apenas una silla y un vaso de agua en uno de sus extremos, y con la compañía de la pianista Helena Fernández Moreno que, de forma absolutamente sobria, ilustra musicalmente el espectáculo, Gómez se lanza al vacío con un patio de butacas repleto hasta donde permiten las normativas dictadas al respecto contra la pandemia, para transportar al público siete siglos atrás o sacudirlo y traerlo de nuevo a nuestros días. Es todo un ejercicio brechtiano que durante tanto tiempo ha aprendido y ejercitado el actor, director y académico de la RAE en su primera Escuela de Arte Dramático, la de Westfalia, en Bochan, que luego completaría en París y Nueva York.

Con la notable ayuda de Raúl Alonso en la iluminación (bellísimas esas sombras proyectadas contra el fondo del escenario), Jorge Vila en el ambiente sonoro y la videoescena, y Mar Navarro en la asesoría de movimiento, José Luis Gómez encandila a un público absolutamente entregado al veterano actor y director. Inolvidable.

‘Mío Cid’

Anónimo

Dramaturgia: Brenda Escobedo y José Luis Gómez

Dirección e interpretación: José Luis Gómez

Música: Helena Fernández Moreno

Iluminación: Raúl Alonso (AAI)

Ambiente sonoro y videoescena: Jorge Vila

Asesoría de movimiento: Mar Navarro

Ayudante de dirección: Álvaro Nogales

Producción: Teatro de La Abadía

Teatro de La Abadía, Madrid

Del 20 al 29 de octubre de 2020

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