Hoy es el día: Estados Unidos celebra nuevas elecciones y, como es habitual, paraliza al mundo entero con su proceso en las urnas. El presidente Donald Trump contra el candidato demócrata, Joe Biden, o lo que es lo mismo, el populismo radical contra la mesura y rutina del sistema tradicional norteamericano. Y todo ello con la pandemia como telón de fondo.
La pandemia ha sido una tragedia sin precedentes que ninguna de las partes podría haber previsto la que llegó a dominar estas elecciones como ninguna otra urgencia. En la Casa Blanca se apostó por una postura escéptica ante las advertencias de los científicos y el primer reflejo de Trump fue negarlo todo. Biden ha aprovechado para enfocar la campaña en la mala gestión de Trump y su escepticismo casi negacionista.
No se sabrá el ganador
Con casi 2 tercios del electorado estadounidense votando por correo por culpa de la pandemia, es posible que el voto presencial popular no depare un resultado concluyente esta noche, por lo que hará falta esperar unos días para recontar todos los votos llegados en sobres.
Trump ya aclaró que todo lo que suponga depender de estos votos emitidos por correo será un "fraude" porque acusa a los demócratas y hasta a la 'trama rusa' de manipular los resultados y la voluntad popular.
El caso es que en 2016 ya perdió por casi 3 millones de votos contra Hillary Clinton. Es lo que se llama en EEUU 'voto popular': el total de papeletas emitidas. Pero en este país la clave son los delegados electorales o compromisarios: en cada estado, éstos sólo votan al más apoyado en las urnas, por lo que no cuenta el total de votos recibidos, sino las victorias en cada estado.
Es por eso que es tan importante ganar en cuantos más estados posibles y en los más poblados, donde hay más delegados electorales. California, Florida, Pensilvania, Carolina del Norte... son algunos de los estados decisivos para llegar a la Casa Blanca y en ellos es donde no está del todo claro que gane Biden, que en las encuestas sí que se impone a su rival.
Si (
No(
