El aspirante demócrata a la Casa Blanca se acerca al triunfo en la carrera presidencial estadounidense, mientras funcionarios electorales cuentan los votos en un puñado de estados que determinarán el resultado final, y el presidente republicano apuesta por una estrategia de demandas.
El recuento y los desafíos judiciales avanzan un escenario de días -si no semanas- de incertidumbre antes del 8 de diciembre, plazo límite para resolver las disputas electorales. El presidente jurará el cargo el 20 de enero de 2021. En este entorno de incertidumbre y volatilidad postelectoral, no es de extrañar que la reunión de la Reserva Federal perdiese el protagonismo al que está acostumbrada. Se esperaba que mantuviese un perfil bajo en una reunión de dos días en la que los miembros del Comité no dispusieron de una información esencial: quién dirigirá los Estados Unidos durante los próximos cuatro años, y así ha sido. La institución monetaria ha reiterado su promesa de hacer todo lo posible para ayudar a la economía a superar la recesión desencadenada por el coronavirus, repitiendo su promesa anterior de mantener su tipo de interés de referencia a un día cerca de cero hasta que el mercado laboral recupere el “máximo empleo” y la inflación esté en camino de superar su objetivo del 2% "por algún tiempo".
Mientras, aquí en Europa, el Banco de Inglaterra anunciaba ayer un aumento de su programa de compra de bonos en 150.000 millones de libras, una cantidad mayor que la esperada, como medida de preparación ante el daño económico que causarán las nuevas restricciones decretadas ante la segunda ola del coronavirus y la inminencia del Brexit.