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Crítica de la obra 'Los mojigatos': Je t'aime, pero…

Crítica de la obra 'Los mojigatos': Je t'aime, pero…

jueves 03 de diciembre de 2020, 16:35h

La ideología y la moral en nuestros días ha llegado también –y con una fuerza inusitada-, a las relaciones de pareja, un campo en el que nada es lo que era y, probablemente, tampoco lo que será mañana o pasado mañana. Esta circunstancia de perplejidad y confusión ha afectado en muchísimo mayor grado a los hombres, ancestralmente acostumbrados a pensar más en sí mismos que en sus parejas a la hora de satisfacer sus más primarios instintos sexuales. La actriz y directora Magüi Mira se ha parado a analizar la incidencia de esos cambios en una pareja de cincuentones en ‘Los mojigatos’, a partir del texto del dramaturgo inglés Anthony Neilson, y con ayuda de una inusual pareja de actores, Gabino Diego y Cecilia Solaguren.

En efecto, cada época histórica se define por un sinfín de circunstancias políticas, económicas y sociales. Para conocer el grado de bienestar de una sociedad determinada, sus avances de todo tipo (literatura, ciencia, tecnología…), los historiadores han venido fijándose detalladamente, y entre muchos otros factores, en su forma de gobierno, en la conexión entre gobernantes y gobernados, en el reparto de la riqueza o en el mayor o menor bienestar de la población. Para completar su análisis sobre el mundo de hoy, sobre todo a partir de la II Guerra Mundial, los futuros historiadores tendrán que dedicar un extenso capítulo al arrollador y justo avance del protagonismo de la mujer en todos los campos de las relaciones humanas. Uno de esos ámbitos es el drástico cambio que ha conquistado la mujer en el terreno sexual. Si antes los placeres parecían estar reservados a uno de los dos sexos, hoy las cosas han dado la vuelta y las exigencias sexuales son ya bidireccionales, igualitarias y consensuadas. Una parte exige a la otra, y viceversa, con idéntica fuerza y derecho. Y, si no es así, “a otra cosa mariposa”.

Este conflicto entre ambos sexos puede abordarse de una forma dramática o, por el contrario, a través de la ironía y el humor que es el camino que han adoptado Anthony Neilson y Magüi Mira. El montaje presenta a una pareja que ronda los 50, que lleva ya casi dos lustros de convivencia, que no tiene hijos y cuya sexualidad ocupa en su relación un papel determinante. Pero, el caso es que la pareja de hecho lleva ya más de 14 meses sin tener ningún tipo de relaciones sexuales porque la libido de él, Jaime, encarnado por Gabino Diego, ha entrado en una crisis de difícil salida. Su mujer, Cecilia, un papel que asume con soltura y naturalidad desbordantes Cecilia Solaguren, está dispuesta a lo que sea para intentar desencallar esa circunstancia. Y para ello pone de testigos a todos los espectadores del Bellas Artes que están dispuestos a presenciar el íntimo reencuentro físico y amoroso de la pareja.

Jaime -paralizado por la angustia, el miedo, la confusión y la inseguridad- ya no sabe muy bien qué es lo que puede y lo que no puede hacer con Cecilia en sus encuentros sexuales, hasta qué punto sus relaciones han llegado a convertirse en una especie de violación permanente. Por eso decide refugiarse en la pornografía y la masturbación casi obsesivas. La incomunicación entre los dos se agrava por momentos, más aún después de ese casi año y medio sin acostarse juntos… En la pareja se ha instalado la falsa idea de que únicamente el coito es la salida natural de la sexualidad entre ambos y, posiblemente, ese es el origen de sus constantes disonancias que amenazan con una ruptura inmediata.

El espacio escénico que ha marcado Mira es diáfano, y apenas da cabida a dos sillones laterales y dos biombos que marcan sin reparos la distancia existente entre él y ella. Situación que remarca aún más la iluminación de José Manuel Guerra a cada uno de los dos personajes, anclados en su alfombra, marcando así una frontera imposible de traspasar, un espacio que asegura que no va a haber contacto físico alguno entre los dos, y menos aún en estos tiempos de covid, de hidroalcohol y distancias de seguridad.

Los juegos de disfraces, los bailes de la pareja, el recurso a las canciones emblemáticas de encuentros horizontales (Je t’aime, o el Ne me quitte pas, sorprendentemente interpretada en directo por Gabino Diego, que sale más que airoso del asalto…), están envueltos en un humor y un reclamo permanentes al público, en una interlocución constante con él a través de los diálogos entre la pareja o en los distintos apartes que hace cada uno de sus miembros con los espectadores.

Como dice la propia directora del montaje, “Mucho humor, y a veces también dolor, para una pareja en busca del sexo perdido.

‘Los mojigatos’

Autor: Anthony Neilson

Versión y dirección: Magüi Mira

Reparto: Gabino Diego y Cecilia Solaguren

Diseño de iluminación: José Manuel Guerra

Productor: Jesús Cimarro

Producción: Pentación Espectáculos

Teatro Bellas Artes, Madrid

Hasta el 10 de enero de 2021

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