Cesc Gay: "En época de crisis el espectador tiene más ganas de reír en el teatro, logrando efectos terapéuticos"

- ¿Cómo nació la idea de escribir esta obra?

- En el 2015 tuvo un gran éxito, en el mismo teatro, la obra “Los vecinos de arriba” (que luego pudo verse en Madrid). Ya entonces me planteé escribir una nueva comedia. Y he seguido con la idea de identificar y explorar el conflicto: es lo que da vida a un texto. En esta ocasión en lugar de los vecinos, me centro en las relaciones conflictivas entre hermanos. Es un punto de referencia muy visible, cuando se abordan las discusiones y fricciones. Te peleas con los tuyos...y sabes que no te tienes que pelear.

- Sigue en el registro de la comedia

- En el teatro es mi género habitual (no tanto en el cine, pues “Truman” era un drama pero con toques de comedia). Ahora en épocas de crisis, puede que el espectador salga al teatro con ganas de reír, lo cual tiene efectos terapéuticos…

-Una obra sobre los conflictos familiares, ¿tiene más actualidad en estas fechas, cuando se avecina la Navidad?

- Sí, claro (sonríe). Siempre me ha interesado el mundo de la pareja, y ahora sobre las relaciones familiares, en este caso entre hermanos. Al escribir sobre ello generas una empatía con el espectador porque se puede ver reflejado. Y en las cenas navideñas eso prima en muchas familias.

-Repite con Pere Arquillué

-Ya había trabajado con él otras veces, como “En los vecinos de arriba”...Es un actor que posee una gran fuerza sobre el escenario. Desprende una energía que seduce al espectador. Y tiene una vis cómica (no suficientemente reconocida) que a mí me interesaba explotar.

- ¿Aparece el tema de los viejos?

-Sí, en este caso los padres (aunque no aparezcan en la obra). Pero es una figura que flota en el ambiente. Son tres hermanos que no saben qué hacer con su progenitor. A cierta edad se invierten los papeles: de ser cuidado por los padres, pasar a hacerte cargo de ellos...

-¿Por qué el título de “ 53 diumenges”?

-Ah!, eso es mejor no decirlo para no desvelar sorpresas. Ya lo verá el espectador...Es como el cartel de promoción, en el que aparece Pere Arquillué metido en un tomate.

Mascarilla

-¿Tuvieron que ensayar con mascarilla?

-Claro, siguiendo todas las normas que marcan las autoridades. Pero en este caso, al ser unicamente cuatro actores podíamos trabajar con una distancia suficiente y prudencial.

-Usted ¿cómo ha llevado la pandemia, en lo personal y profesional?

-¡Pues como todos!...adecuándome a unos tiempos y siendo consciente de que atravesamos un momento muy difícil. Y en lo referente a la profesión, todos queremos salir adelante, y sacar a flote nuestras obras y trabajos...

-Su película “Sentimental” tubo problemas por el cierre de cines

-El estreno coincidió con el último cierre, en efecto, pero sólo en Barcelona. En el resto de España ha podido verse y con muy buena respuesta de público. Está funcionando muy bien.

-¿Es distinta la figura del director, según sea cine o teatro?

-En el cine todo queda grabado en un disco duro de memoria. En cambio, en el teatro la obra es de los actores, una vez se ha estrenado. Como mucho, apareces por ahí de vez en cuando y puedes modificar alguna cosa…

-La figura invisible.