Crítica de la obra 'Macbeth': ¿Qué podemos hacer contra los espíritus?

El Teatro María Guerrero, sede del Centro Dramático Nacional, acoge una de las tragedias más icónicas de W. Shakespeare, ‘Macbeth’, una pieza versionada por el dramaturgo José Luis Collado que ha contado con la puesta en escena del recientemente fallecido Gerardo Vera, Premio Nacional de Teatro 1988, y que dirige Alfredo Sanzol.

No exagero un ápice si digo, ya de entrada, que el montaje es histórico. Un prodigio de versión, de dirección, de interpretación, de escenografía, de luz y de música cuya puesta en pie constituye el mejor homenaje que ha podido rendirse a la inmensa figura de Gerardo Vera, cuyo espíritu sobrevuela toda la función y la carga de una emoción incontenible tanto en el escenario como en el patio de butacas o de platea.

La tragedia shakespeariana rezuma crueldad, ambición, egoísmo, sangre, poder, maldad, angustia, traiciones, conspiraciones, delirios, fatalismo y muerte. El montaje de Sanzol y Vera los recogen, los amasan y los sirven en bandeja en una versión sencillamente grandiosa y que ningún espectador podrá quitarse de la cabeza hasta su último día de vida. Y una parte alícuota de responsabilidad de que así sea recae también sobre los hombros del magnífico elenco de la función que encabezan Carlos Hipólito como Macbeth (¡Dios, qué lección de interpretación!), Marta Poveda en el papel de Lady Macbeth (imponente, colosal también su interpretación de la mujer más malvada de Shakespeare), junto a Jorge Kent (enorme y estremecedor Banquo, general del rey Duncan), Agus Ruiz (Macduff), Álvaro Quintana (Malcom), Borja Luna, Chema Ruiz, Fran Leal, Markos Marín, Mapi Sagaseta, Alejandro Chaparro y Fernando Sainz de la Maza.

Aunque la fábula de ‘Macbeth’ es sobradamente conocida, recordemos aquí el esqueleto de la tragedia: dos generales del rey Duncan de Escocia, Macbeth y Banquo, vuelven victoriosos de la guerra contra los rebeldes acaudillados por Macdonwald. En su camino se encuentran con una fatídica Bruja (inquietante Mapi Sagaseta), que profetiza que Macbeth se convertirá en barón de Cawdor para alzarse después como rey de los escoceses, pero también pronostica que el hijo de Banquo será el primero de una larga lista de monarcas... Y los augurios de la Bruja -o las brujas, porque en el original de Shakespeare son tres-, van cumpliéndose uno tras otro y son el origen del desencadenamiento de una larga lista de traiciones, asesinatos, imposturas y maldad puestas al servicio de la ambición personal de los Macbeth.

La versión de José Luis Collado es estupenda y los ligeros retoques al original no le restan un gramo a la magnificencia del texto de Shakespeare. La escenografía de Alejandro Andújar es tan contundente como imaginativa; la luz de Juan Gómez-Cornejo, también magistral, llena el ambiente de inquietud y zozobra, aspectos que rematan con idéntica contundencia la música original de Alberto Granados Reguilón, y la videoescena de Álvaro Luna.

El trabajo que nos brinda este extraordinario conjunto de artistas es verdaderamente estremecedor y estoy seguro de que Gerardo Vera, desde allá donde se encuentre, verá colmado su anhelo de ver sobre el escenario del María Guerrero la gran tragedia de Shakespeare sobre el poder. Una tragedia que, desgraciadamente, uno entrevé en numerosos episodios de la historia pasada, presente y futura porque –para bien y para mal- el poder se mueve siempre por idénticos resortes: “Lo hecho, hecho está”.

En resumen, y, en definitiva, la propuesta de Sanzol no admite excusa alguna de asistencia para cualquier buen aficionado al mejor teatro. Absolutamente imprescindible.

Macbeth

Texto: William Shakespeare

Versión: José Luis Collado

Diseño de puesta en escena: Gerardo Vera

Dirección: Alfredo Sanzol

Ayudantes de dirección: José Luis Arellano y José Luis Collado

Reparto: Alejandro Chaparro, Carlos Hipólito, Jorge Kent, Fran Leal, Borja Luna, Markos Marín, Marta Poveda, Álvaro Quintana, Agus Ruiz, Chema Ruiz, Mapi Sagaseta y Fernando Sáinz de la Maza

Escenografía y vestuario: Alejando Andújar

Iluminación: Juan Gómez-Cornejo

Videoescena: Álvaro Luna

Música y espacio sonoro: Alberto Granados

Producción: Centro Dramático Nacional

Teatro María Guerrero, Madrid

Hasta el 17 de enero de 2021