La nueva cepa del virus sacudió ayer los mercados. A pocos días de la consumación del Brexit, decenas de países han cerrado sus fronteras a Reino Unido por temor a una nueva cepa de coronavirus altamente infecciosa, lo que ha avivado el pánico en todo el mundo, ha provocado el caos en los viajes y ha aumentado la posibilidad de escasez de alimentos en territorio británico. Las autoridades de la UE se reunieron ayer por vídeo para coordinar su respuesta a la nueva cepa del coronavirus. El bloque está en camino de comenzar las vacunaciones contra la COVID-19 dentro de una semana, después de que el regulador de medicamentos aprobase ayer el uso de las vacunas de Pfizer y BioNTech. Pero Francia no ha esperado a cerrar su frontera a las llegadas de personas y camiones desde Reino Unido, bloqueando una de las arterias comerciales más importantes con Europa continental.
La alarma mundial se reflejaba en los mercados financieros. Las bolsas europeas se desplomaban, la libra se depreciaba fuertemente, al tiempo que el rendimiento de los bonos del gobierno británico a dos años tocaba un mínimo histórico. Los tabloides británicos lamentaban la crisis y el periódico Daily Mirror titulaba "El enfermo de Europa" en su primera página junto a una foto de Johnson. La nueva variante, que según los científicos es de un 40% a un 70% más transmisible, se ha convertido rápidamente en la cepa dominante en algunas partes del sur de Inglaterra, incluyendo Londres. Los expertos han subrayado, sin embargo, que no había pruebas de que las vacunas, incluyendo la de Pfizer-BioNTech que se está desplegando ya en territorio británico, no protejan contra esta variante.
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