8 días antes del final de su mandato, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró el martes que no será destituido por la vía de la 25ª enmienda de la Constitución.
Supondría incapacitarlo para el cargo por razones médicas o mentales, pero está casi descartado entre otras cosas porque este proyecto no cuenta con el apoyo necesario del vicepresidente, Mike Pence, ni desde dentro de su administración en la Casa Blanca.
Trump también idió calma durante su primera salida desde la toma del Capitolio por sus partidarios, que dejó 5 muertos y conmocionó al país.
Por cierto que el asalto al Capitolio le supondrá, posiblemente, un juicio político o impeachment, que sería el segundo durante su mandato. Además, este juicio no sería ya para buscar su destitución, sino su inhabilitación para cargo público, por lo que imposibilitaría de cara al futuro que Trump intente ganar otro mandato en las elecciones de 2024 o más adelante.
Y es que en este punto hay una gran novedad: la número 3 de los republicanos en la Cámara de Representantes, Liz Cheney, anunció que votará a favor de iniciar el juicio político al presidente Trump. Todo por incitar a sus partidarios a la "insurrección" en el Capitolio, que ya es investigada por el FBI.
El objetivo de este impeachment no es sólo intentar destituir a Trump antes del relevo oficial el día 20, sino incapacitarlo para el cargo en futuros intentos del mandatario por intentar presentarse a otras elecciones en el futuro.
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