El Hospital de pandemias de Madrid, el Isabel Zendal, lleva generando controversia desde su creación, aunque ahora, según una publicación que ha revelado el diario 'El Mundo', podría estar sufriendo sabotajes diarios. Desde el citado periódico sostienen que todos los días se producen sabotajes como cables cortados, calefacción desenchufada, interruptores partidos, robo de materiales...etc.
Una situación que ya ha pasado factura al funcionamiento del hospital. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha confirmado este martes que estudiará presentar una denuncia para investigar lo sucedido.
En la actualidad, el hospital cuenta con dos pabellones y se está habilitando un tercero para acoger a más enfermos de coronavirus y reducir la saturación de otros hospitales en esta tercera ola. Según indica 'El Mundo', cada día se encuentran con puertas rotas, sistemas de ventilación desconectados, calefacción apagada...y un amplio etcétera.
La situación ya ha alterado el buen funcionamiento del centro y la dirección ha decidido reforzar la vigilancia las 24 horas del día para minimizar dichos actos y evitar que el día a día de los trabajadores y pacientes se vea alterado. Para ello ya cuentan con 17 personas en puestos de vigilancia que custodian en todos los turnos los diferentes espacios del Zendal, especialmente las zonas donde más sabotajes se han producido.
Todavía no se ha denunciado a la Policía
El diario recoge que el equipo de seguridad del hospital está elaborando un informe con todos los daños sufridos y recabando todas las pruebas, pero por el momento no se ha presentado ninguna denuncia ante la Policía Nacional. El centro de momento no cuenta con cámaras de seguridad instaladas, por lo que la recolección de pruebas está llevando más tiempo, aunque se cuentan con testimonios tanto de trabajadores como de pacientes que confirmarían dichos sabotajes.
El diario ha recogido las versiones de algunos pacientes que indican que han visto como "tratan de obstaculizar cañerías" en los baños al dejar inoperativos los grifos, que funcionan con sensores, y que "ha habido personas que han puesto algún objeto debajo del grifo para que no parase de salir agua y provocar que algunas zonas estuviesen anegadas".
También algún trabajador confirma los sabotajes y alega que se han producido robos de materiales, por ejemplo, una enfermera ha confirmado que "han desaparecido varios laringoscopios" y han denunciado también robos en las taquillas de los trabajadores.
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