El príncipe Guillermo, que lleva meses sin hablarse con su hermano Harry (Enrique), desde que éste decidió irse a vivir a EEUU y abandonar la Casa Real, aseguró el jueves que la familia real británica "no es racista".
"No somos una familia racista", zanjó ante preguntas de la prensa, que le acompañó a un acto público al que acudio junto a su esposa, Kate Middleton.
Al ser preguntado sobre si había por fin retomado el contacto con su hermano, el futuro heredero a la Corona contestó: "No, todavía no he hablado con él pero lo haré".
Fue una afirmación de peso después de que su hermano denunciara en una entrevista junto a su esposa Meghan Markle conversaciones sobre el color de piel que tendrían sus hijos. Su mujer, la actriz estadounidense, tiene una madre negra y su tez es algo oscura, y aseguraron que hubo comentarios de preocupación sobre cómo sería su hijo Archie, miembro de la familia real.
Hace días, el palacio de Buckingham emitió un comunicado oficial que pretendía rebajar tensiones. En tono conciliador, aseguró que la Casa Real británica estaba "entristecida" por conocer el sufrimiento de Harry y Meghan Markle y admitió preocupación por posibles casos de racismo, que son "preocupantes".
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