El gigante farmacéutico británico AstraZeneca aseguró el viernes que "no hay pruebas de un riesgo agravado" de trombos como fruto de la administración de su vacuna de la covid-19.
Reaccionaba así a la suspensión de su uso como medida de precaución en varios países de Europa, como Dinamarca o Bulgaria, entre otros.
Bulgaria se unía al temor por el suero de AstraZeneca y suspendía el viernes su uso como medida preventiva.
Francia e Italia, entre otros países, lo que han hecho es retirar, por precaución, los lotes de dosis sospechosas por supuestos casos de trombos en Dinamarca. En España también algunas comunidades autónomas han retirado temporalmente estos lotes.
La OMS sigue respaldando el suministro de la vacuna y no ve riesgo alguno para la salud.
Eso sí, se ha admitido que las personas que tienen alergias graves deben tener cuidado e incluirse en el grupo de personas que pueden sufrir efectos secundarios con la vacuna, después de que se encontraron probables vínculos con varios casos en Gran Bretaña, ha dicho la Agencia Europea del Medicamento (AEM).
Problema de producción
Y parece que la polémica persigue a esta vacuna británica. Hace unas semanas ya hubo problemas con la farmacéutica por retrasos en los envíos previstos de las vacunas, además, se filtró que la empresa iba a reducir a la mitad los envíos de viales a la Unión Europea.
Ahora, vuelve a recortarse el suministro y según indican recortarán el envío de vacunas en un tercio. Entregarán a la UE 30 millones en lugar de los 90 millones previstos para el primer trimestre de 2021.
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