En su habitual pugna parlamentaria de las sesiones de control, el vicepresidente Pablo Iglesias y el secretario general del PP, Teodoro García Egea, han vuelto a hacer saltar las chispas en el Congreso.
El dirigente 'popular' achacaba a Iglesias los consabidos temas polémicos como su chalet de Galapagar y otros asuntos de Podemos, y terminó preguntándole sobre cuándo abandonaría también, además de la vicepresidencia, su acta de diputado para ser así candidato en las elecciones de Madrid.
Iglesias contestó en un primer turno de palabra que lo haría antes incluso de dimitir como vicepresidente segundo del Gobierno, pero a continación llegaba su anuncio bomba. El líder de la formación morada se tenía guardada una última carta en la que podría ser su última aparición en el Congreso, tras llegar a la Cámara Baja en 2015.
Denuncia contra Egea
Esa carta fue el anuncio de una denuncia en la Fiscalía Anticorrupción por un presunto delito de cohecho contra García Egea por el 'Murcia Gate'. Es decir, acusaba al número 2 del PP de haber comprado voluntades de 3 diputados de Ciudadanos para así hacer que fracasase la moción de censura contra el presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, del PP.
Iglesias le reprochó a Egea que el PP suele salirse con la suya en algunas maniobras políticas de transfuguismo, pero que esta vez desde Podemos intentarían que el caso de Murcia no quede indemne.
Ese acto de transfuguismo de los diputados de Ciudadanos, que no siguieron las indicaciones de su órgano de dirección para apoyar la moción, acabará siendo investigado en los tribunales.
Estos 3 diputados de Cs, Isabel Franco, Valle Miguélez y Francisco Álvarez, acabaron recompensados con cargos en el Gobierno murciano. Franco ya era vicepresidenta, pero los otros 2 diputados regionales acabaron de consejeros.
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