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Urdiales en uno de los magníficos redondos frente a su segundo toro.
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Urdiales en uno de los magníficos redondos frente a su segundo toro. (Foto: Muriel Feiner)

San Isidro: El toreo auténtico de Urdiales frente al populismo de Roca Rey

viernes 21 de mayo de 2021, 23:51h
Sin que sirva de precedente, por una vez, el destino fue justo y quiso que el único en pasear un trofeo fuera Diego Urdiales. El que lo merecía. Cosas del destino, el azar… y el fallo a la hora de matar de sus dos compañeros. Porque si hubiera sido por el público… Manzanares y Roca Rey se habrían marchado en volandas con el ganadero, el presidente y los alguacilillos si hace falta.

La tarde estaba destinada a ser un festín de orejas. Al igual que el pasado miércoles, por segunda vez en esta nueva Feria de San Isidro, la plaza de Vistalegre registró una buena entrada de público. Relativamente buena, pues ni se llegó a llenar el aforo máximo permitido de 6.000 localidades. El reclamo, otra vez, Roca Rey, el único torero que parece llevar algo de gente a las plazas en la actualidad.

Estaba todo dispuesto: dos “figuras” en el cartel -una de ellas, el torero del momento-, una ganadería de “garantías”, de esas que gustan y exigen los líderes del escalafón, y un público de botellón, carente del más mínimo conocimiento acerca de este espectáculo. Las agotadoras ovaciones y gritos sin sentido a lo largo de las dos horas y media que duró aquello lo confirmaron.

Pero el guion no terminó de cumplirse. Para empezar, la corrida de Victoriano del Río, bien presentada en líneas generales (el sexto, completamente brocho, desentonó en el conjunto), no salió tan noble y bondadosa como se esperaba. Aunque el primero se rajó descaradamente a mitad de la faena y el quinto apenas se tenía en pie, la mayoría sacó castita y, alguno que otro, exigió a los de luces.

Fue el caso del cuarto, de preciosa lámina y astifinos pitones, que, dentro de su nobleza, no regaló nada, sobre todo por el pitón izquierdo, por donde reponía y remataba los muletazos con inciertas intenciones. Un animal de fondo exigente frente al que tardó en acoplarseUrdiales.

Sin embargo, a trompicones, fue ahormando la embestida hasta lograr una tanda en redondo profunda y de enorme mérito. Después, para finalizar, todo un despliegue de gusto y torería en los trincherazos, molinetes arrebatados o pases del desprecio. Una estocada y la oreja.

Y no fue la única lección de sabor y torería del riojano. También lo fue el saludo capotero con el que abrió plaza. Ganando terreno, templado y sentido, recetó casi una docena de verónicas, rematadas por otras dos medias de categoría. Y también un par de tandas en redondo, desbordantes de hondura, hasta que el toro dijo hasta aquí hemos llegado y se marchó a tablas. Y, antes de matar, un puñado de naturales ejecutados de frente y otro ramillete de bellísimos remates.

El clasicismo del toreo de siempre, ese de pecho por delante y suerte cargada, frente a ese “toreo” moderno tan largo como perfilero y lineal. El mismo que intentó Roca Rey ante un lote que se movió sin entrega ni clase. Aunque el público estaba entregado desde antes del paseíllo, los enganchones y desarmes que sufrió deslucieron la ligazón y el peruano tuvo que recurrir, ya en el tiempo de descuento -en ambos turnos escuchó un aviso antes de coger la espada-, a los pases cambiados por la espalda en un palmo de terreno. Y así, con el arrimón efectista, y no toreando de verdad, levantó el ánimo de los tendidos. Habría paseado algún trofeo en el tercero, si no lo llega a tumbar de un bajonazo.

José María Manzanares, otro de los más insignes representantes del (des)toreo moderno, anduvo muy por debajo del encastado segundo, de gran clase, movilidad y codicia. Incómodo, sin plantarse de verdad frente al de Victoriano, firmó una faena insustancial que se fue diluyendo al tiempo que el astado se adueñó de la situación. El blando quinto, en cambio, le puso las cosas más fáciles y no paró de perder las manos durante la lidia. Pese a tal actuación, saludó dos ovaciones.

FICHA DEL FESTEJO

Cinco toros de VICTORIANO DEL RÍO y uno (3º) de CORTÉS, bien presentados, salvo el feo y terciado 6º; la mayoría con movilidad y algunos con casta, especialmente el notable 2º. Manso y rajado el 1º; muy blando el 5º. DIEGO URDIALES: saludos tras aviso y oreja. JOSÉ MARÍA MANZANARES: ovación con saludos tras aviso y saludos. ROCA REY: división de opiniones tras dos avisos y ovación. Plaza de Vistalegre. 21 de mayo. 9ª de Feria. Unos 5.000 espectadores de un aforo máximo permitido de 6.000.

Crónica del festejo anterior.

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