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Román malogra con la espada dos buenas labores en un interesante encierro de ‘adolfos’
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Román malogra con la espada dos buenas labores en un interesante encierro de ‘adolfos’

domingo 23 de mayo de 2021, 22:38h
Tan necesitado como anda de sonoros triunfos ese valerosísimo coletudo tan excesivamente castigado por los toros que es Román, y va y se cierra el mismo una posible puerta grande isidril por marrar a espadas. Esos desafueros no malogran sus dos excelentes, aunque distintas, faenas bien jaleadas por el público, pero sí las estadísticas y el impacto mediático. Con un encierro de Adolfo Martín, muy en el tipo y pelaje, amén de con excelente trapío, varios de ellos bravos en el caballo y todos ovacionados de salida, pero dificultososo en el último tercio, también brilló, Juan del Álamo, aunque en menor medida que el valenciano y José Garrido dejó detalles de su calidad capotera.

En general los ‘adolfos’ unieron a su bella estampa unas salidas de chiqueros espectaculares y ganas de comerse el percal hasta con cierta violencia, dificultando su uso. Pero tanto los más bravos –arrancándose de lejos y batallando con los pencos- como el resto iban perdiendo fuelle con el desarrollo de la lidia. Eso sí, cual corresponde a su origen ninguno regaló nada, lo que valoró el esfuerzo de una terna de esforzados coletudos.

En la que destacó el derroche de testosterona de Román frente al segundo de la función, que en algunos momentos recordó a aquellas ‘alimañas’ con que bautizó el histórico Ruiz Miguel a sus 'primos los victorinos. El animal se revolvía de inmediato olvidándose del engaño y buscando el cuerpo del torero, pero éste no se arredró; todo lo contrario, pisando terrenos comprometidísimos y jugándose la femoral fue capaz de robarle pases pos ambos pitones, mientras el cotarro sentía como una aguja en el esófago temiendo el percance en cualquier momento de Román, que además hasta llegó a desplantarse de rodillas ante el burel, ya con el público en pie. Pero, lo escrito, fue un pinchaúvas y se esfumó el trofeo ganado de verdad de verdad de la buena.

Cual ocurrió con el quinto, un nuevo ‘Madroño’ de la reata que con este nombre tantos éxitos proporcionó al ganadero de Galapagar, que desarrolló menos peligro y permitió a Román mostrar también su faceta artística, en series cortas y ligadas, mayormente al natural, de nuevo con el público entregado ates de volver a fallar con las armas toricidas.

Otro burel con nombre de similar reata y triunfos para Adolfo, ‘Madroñito’, correspondió a Juan del Álamo en su segundo turno. Se las prometía felices el salmantino y brindó, pero el animal se paró nada más comenzar la faena y se limitó a defenderse. Sí le dio oportunidad mayor el que abrió función, que sin dejar de ser listo, mostró más fijeza y humillación, lo que aprovechó su matador, no en la medida que le ofrecía su enemigo, para lucirse de inicio, pero a mitad de faena el burel se fue apagando.

No le dio opciones a José Garrido su primero, distraidote y paradote que iba siempre con la carota a la altura de la cubierta del coso de Vistalegre. Algunas más le permitió el que cerró festejo y feria, con el que el extremeño festoneó excelentes verónicas y templados delantales, pero luego Garrido no se acopló con la flámula y se conformó con dejar detalles sueltos.

FICHA

Toros de ADOLFO MARTÍN, cinqueños, con trapío y seriedad; bravos excepto 2º y el descastado 3º; de juego desigual; 2º muy peligroso. JUAN DEL ÁLAMO: vuelta; silencio. ROMÁN: ovación tras aviso en los dos. JOSÉ GARRIDO: silencio; silencio tras aviso. Plaza de Vistalegre, 23 de mayo, 11ª y última de Feria. Un sexto de entrada sobre el aforo permitido de 6.000 espectadores.

Crónica del festejo anterior

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