Nuevos divorcios entre PP y Ciudadanos que podrían ser la antesala de la ruptura total entre ambos partidos, de cara a la absorción que el partido de Pablo Casado quiere realizar sobre la formación naranja.
Los 'populares' han confirmado los rumores de los últimos días y abandonan al alcalde de Granada, Luis Salvador, de Ciudadanos, que gobierna gracias al apoyo del PP.
En las elecciones municipales de 2019, el PSOE ganó los comicios, pero PP y Ciudadanos acordaron una alianza que les permitía a ambos controlar la alcaldía. Ciudadanos, sin embargo, exigió el puesto de alcalde a cambio de apoyar al centro-derecha en lugar de al aspirante socialista. Vox era la tercera pata que permitía sostenerse a ambos partidos.
Ahora, el PP rompe este acuerdo bajo el argumento de que la situación era "insostenible", pidiendo que Cs se retire de la Alcaldía para permitir un cambio de dirección.
Ciudadanos tiene que buscar ahora apoyos para resistirse al frente del consistorio granadino, donde le bastaría con un pacto con el PSOE y la izquierda, como hizo en Murcia capital.
Un alcalde no "merecido"
Francisco Rodríguez, líder del PP Granada, ha declarado que "es una decisión muy dura, pero la ciudad no merece un alcalde que actúa a las espaldas. Está permitiendo una situación de agonía que no se puede permitir".
Varias fuentes explican que sería el primer paso hacia un 'golpe' a Ciudadanos, que pasaría por encontrar concejales naranjas que apoyasen a una mayoría del PP con Vox.
El reparto actual de concejales es el siguiente: el PSOE tiene 10, el PP 7, Cs 4, Adelante Andalucía 3 y Vox 3. Al alcalde Salvador le valdría con convencer al PSOE y Adelante Andalucía para lograr 14 concejales frente a los 10 de PP y Vox, incluso bajo el poco probable transfuguismo de todos los concejales naranjas.
Sí lo hará Manuel Olivares, de Cs, que ya anunció que daba la espalda al alcalde. Si la operación está bien trazada, pasaría por que el PP tuviera ya el compromiso de los otros 2 concejales naranjas que restan.
El 'popular' Luis González aspira a ser el nuevo alcalde, pero tiene otro problema: convencer al concejal del PP Sebastián Pérez, quien ya se salió de la disciplina del partido precisamente por denunciar antes que nadie el acuerdo de coalición entre azules y naranjas.
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