Se le acaban las excusas al ministro de Sanidad alemán, el conservador Jens Spahn, quien según una investigación del periódico 'Der Spiegel', habría intentado distribuir mascarillas de dudosa calidad entre personas sin hogar, discapacitados y familias con pocos recursos.
Desde el país teutón piden ahora su dimisión voluntaria, o en caso contrario, su destitución a través de la líder del Gobierno, Angela Merkel.
Se trataba de un lote de mascarillas chinas no homologadas que el Ministerio de Sanidad había ya comprado al comienzo de la pandemia y que no quería destinar a otros casos por su baja calidad. Costaron 1.000 millones de euros y se adquirieron a ese precio de oro porque había escasez internacional en los mercados. La mala gestión hizo que comprasen estas mascarillas que no cumplían con los estándares de calidad europeos.
Explicaciones oficiales
Hasta ahora Spahn estaba siendo ensalzado por la gestión de la pandemia y era uno de los miembros del gobierno mejor valorados. Merkel le ha defendido asegurando que son acusaciones que "no están basadas en hechos".
En un comunicado oficial, se incide en que son "inaceptables" las acusaciones y que se proporcionaron siempre mascarillas de máxima calidad a estos grupos sociales.
La portavoz socialdemócrata en el Bundestag, el parlamento alemán, Katja Mast, denunció que "una vez más Jens Spahn quiere deshacerse de las máscarillas inútiles tratando de dárselas a los grupos necesitados de nuestra sociedad... Eso es totalmente imposible de superar en términos de cinismo y es absolutamente inaceptable".
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