Los tipos de interés cercanos a cero y 120.000 millones de dólares en compras de activos mensuales se establecieron para cumplir el doble mandato de la Fed de pleno empleo y precios estables, impulsando la contratación y lo que había sido una baja inflación al reducir los costes de los préstamos.
Pero ahora, con la reapertura de la economía a un ritmo rápido y presentando problemas para satisfacer la demanda, los precios al consumidor subieron un 5% el mes pasado, el ritmo más rápido desde 2008. La inflación interanual también se está acelerando a medida que las débiles lecturas del pasado año desaparecen del cálculo. Aunque los denominados efectos de base alcanzaron probablemente su punto máximo en mayo, la inflación se mantendrá previsiblemente elevada a corto plazo debido a las limitaciones de oferta y la escasez de trabajadores. Es lo que opinan algunos miembros de la Fed, en cuyo seno empiezan a verse señales de división sobre lo que representa mayor riesgo: un déficit de empleo aún elevado o una alta inflación.
Los responsables de la Fed de Dallas y la Fed de St. Louis, advertían la pasada semana que la inflación podría mantenerse más tiempo de lo que muchos de sus colegas pudieran anticipar. Ambos creen que la Fed tendrá que empezar a subir los tipos de interés el próximo año. Por el contrario, para los presidentes de la Fed de Nueva York y la Fed de la Filadelfia, no es el momento de pensar en subidas de tipos de interés porque la economía aún está lejos del pleno empleo.