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Sólo dos ovaciones para Alberto Lamelas, con el lote menos malo

Lamelas recibió de rodillas casi a portagayola a este 2º de la tarde y repitió con y el 5º.
Lamelas recibió de rodillas casi a portagayola a este 2º de la tarde y repitió con y el 5º. (Foto: Plaza1)

Feria de Otoño: muy decepcionantes victorinos sin trapío ni casta ni fuerza ni ‘na’

domingo 26 de septiembre de 2021, 21:37h
Se cumplió el aserto de corrida de expectación, corrida de decepción. Por culpa, fundamentalmente de los bicornes de Victorino Martín, de indigna presentación general para Madrid y ayunos de sangre brava en sus venas y arterias. No dieron casi juego, aunque salvo Alberto Lamelas, tampoco el veterano López Chaves y el novel José Enrique Colombo, quizás contagiados por lo poco que ofrecían sus enemigos, anduvieron más allá de un tono grisáceo.

Tres sembradores de escasa cosecha soñaban con un triunfo ante los victorinos y en Las Ventas para quedar bien colocados en la parrilla de salida de la próxima temporada. Su gozo, en un pozo. Un pozo negro en el que se hundía en conjunto el encierro, que aburrió a los coletudos y al cotarro, también ilusionado en principio. Máxime cuando los seis bicornes salían de toriles pidiendo guerra, mas todos poco a poco se iban disolviendo como azucarillos para llegar al último tercio plúmbeos. Vamos que les cambian la divisa y les colocan una de los hierros denominados comerciales y nadie se hubiera enterado.

Dentro del desafuero, dos se salvaron por la mínima: el lote que correspondió en suerte a Alberto Lamela, que se fue a las cercanías de toriles a recibir de hinojos a ambos, cuya condición fue similar, ya que apuntaron cierta codicia en la franela y el jiennense, siempre cruzado, siempre de verdad, les obligó a seguir la pañosa, aprovechando lo poco que les duró esa cualidad. Sobre todo con el buen pitón izquierdo del segundo, aunque quizás con el otro abusó de encimismo cuando el animal pedía más distancia, hasta que de aquel pozo dejaron también de manar lo que se entiende por embestidas. El caso es que Lamela se justificó sobradamente.

No es que estuvieran mal sus colegas, pero en el ambiente quedó la idea de que, a pesar de la nulidad de sus bureles, podrían haber intentado algo que no fuera la monotonía del redondo y el natural. Y es que un experto en esta divisa como López Chaves pareció aburrirse y se limitó a tirar de oficio, eso sí en dos labores de largo metraje. Mientras que el joven Colombo, que tanto apuntó de novillero, anduvo con escasa imaginación también por acá y por acullá dejando algún muletazo suelto. Sí le echó espectacularidad con los rehiletes en el tercero, mientras que en el último las palmas que sonaron fueron de tango reprobando las ventajas que se tomó con los palos y la colocación de los mismos.

FICHA

Toros de VICTORINO MARTÍN: mal presentados excepto 4º y 5º; descastados excepto 2º y 5º; todos flojos. LÓPEZ CHAVES: silencio en ambos. ALBERTO LAMELA: ovación tras aviso en ambos. JOSÉ ENRIQUE COLOMBO: silencio; silencio tras aviso. Plaza de Las Ventas, 26 de septiembre. Tres cuartos de entrada largos sobre el aforo permitido de 12.000 espectadores. Al concluir el paseíllo se guardóp un minuto de silencio al cumplirse el aniversario de la muerte de Paquirri.

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