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El coletudo sólo cortó una oreja al sobrero de Pallarés que pidió lidiar

Antonio Ferrera saluda con los subalternos, Fernando Sánchez, José Chacón y Joao Ferreira tras banderillear al sobrero.
Antonio Ferrera saluda con los subalternos, Fernando Sánchez, José Chacón y Joao Ferreira tras banderillear al sobrero. (Foto: Plaza1)

Feria de Otoño: Antonio Ferrera fracasa y los subalternos triunfan en su encerrona en Las Ventas con una mala corrida de Adolfo

domingo 03 de octubre de 2021, 22:19h
La difícil apuesta le salió mal. No de petardo gordo, pero sí muy lejos de lo que Antonio Ferrera pretendía al encerrarse en solitario en Las Ventas frente a seis toros de Adolfo. Fallaron los adolfos, deslucidos y flojos en general, sí; mas también el balear-extremeño, suficiente en su lidia pero muy espeso en ideas y en arte. Consciente quizás del fiasco, el coletudo pidió dos sobreros –el presidente sólo le permitió uno, según manda el reglamento- de Pallarés para cortar una oreja. Quienes sí triunfaron y escucharon las más sonoras ovaciones fueron un buen número de subalternos de plata y uno de oro.

Es verdad que afrontar el examen de seis toros como único espada para sufrir el examen de la cátedra venteña –por cierto cada día más facilonga- es arriesgado y en la historia hay hasta ahora más desafueros que éxitos. Y también es verdad que hacerlo acartelado con una divisa de las no comerciales, como la de Adolfo, añade riesgo.

Máxime cuando el encierro también fracasa como aconteció con los descastados y blandos bureles de la divisa verde y roja, que salían de chiqueros comiéndose el capote –por cierto ni una verónica destacable de Ferrera en toda la tarde frente a ellos- y luego, aplomados, iban manseando. Por lo que en ningún momento se prestaron para el toreo moderno o posmoderno, aunque tampoco para uno antiguo sobre las piernas, dada la sosería de sus embestidas y una nobleza como denominador común, aunque eso sí con apuntes de peligro, pero no el de las ‘alimañas’ que le salen a veces a él y a su sobrino Victorino.

El caso es que entre esta catadura y el espesor de un Ferrera, en una especie de voluntarismo torpe, a años luz de su anterior apuesta en solitario de hace un par de temporadas cuando sorprendió con originalidad y toreo de altos quilates. Lo único positivo de los ‘adolfos’ fue que iban de lejos a los caballos - Ferrera supo ponerlos a distancia, a veces exagerada-, pero en el peto simplemente dejaban pegar. Eso sí, permitieron el lucimiento de dos de los subalternos, Antonio Prieto, en el segundo –único con cierta codicia-, y José María González en el quinto.

Fueron los dos que permitieron también a su matador, a veces pisándoles el terreno, extraerles algunos buenos medios pases por ambos pitones. Del resto, nada destacable salvo el mal manejo del ibicenco-extremeño con las armas toricidas. Todo lo contrario de los extraordinarios pares de banderillas que festonearon Fernando Sánchez en sus dos toros, y Valdeoro, Joao Ferreira, Montoliú –que cayó en la cara del quinto bicho y se salvó de milagro de un percance-, José Chacón y Vázquez.

Consciente, quizás, Ferrera del fracaso, pidió un primer sobrero – de Pallarés en esta función-, lo que en festejos de único espada contempla el reglamento, y tuvo el detalle de compartir rehiletes con tres de los hombres de plata triunfadores: Sánchez, Joao Ferreira y Chacón. Después ante su dócil embestida pudo, por fin, dar redondos y naturales, varios de ellos con abuso de pico, y bien rematados con variedad.

A pesar de que lo mató de media estocada desprendida, un público blandito y que quería irse a casa contando que se cortó una oreja, la pidió para el coletudo. Quie también pidió un segundo sobrero, con la inteción de intentar tapar el desafuero de su tarde con otro trofeo que le abriera la puerta grande. Pero a ello, el usía, reglamento en mano, no accedió.

FICHA

Toros de ADOLFO MARTÍN, desiguales de trapío y muy ofensivos de pitones, con 1º, 5º y 6º muy justos; todos flojos y descastados a excepción del 2º. Sobrero de PALLARÉS, lidiado en séptimo lugar, bien presentado Y noble. ANTONIO FERRERA: silencio; ovación tras aviso; silencio; silencio tras aviso; palmas tras aviso; silencio tras aviso; oreja. Plaza de Las Ventas, 3 de octubre, 6º festejo de la Feria de Otoño. Tres cuartos de entrada sobre el aforo permitido de 11.840 espectadores.

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