El caballo de Troya

La que tenemos liada en España y la que tienen liada en el Gobierno, Gobierne, Gobierna.

¡Ay! disculpen, pero después de escuchar a Yolanda Díaz dirigirse a “las autoridadas”, me ha dado por practicar el lenguaje inclusivo, que está muy de moda y yo siempre he sido muy moderna.

A lo que voy, Pedro Sánchez, no tuvo la mejor semana y eso que todo apuntaba a lo contrario, después del baño de masas que se dio entre los suyos y el cambio de cromos con el Partido Popular. Pero no contaba con el sin perdón de Otegui, dándole la “patada al hormiguero” ni con “el ritmo lento de Europa” en la rebaja del recibo de la luz ni mucho menos, con sus ministras y su incontinencia verbal y tuitera.

Ya conocíamos al ministro republicano Garzón, que después de prometer lealtad al Rey, hablaba tranquilamente de “la Monarquía hereditaria como maniobra contra el Gobierno democráticamente elegido” y al mediático ex-vicepresidente diciendo que en España “no hay plena democracia”. Lo de la Ministra de Trabajo hablando de “derogar la reforma laboral”, supongo que es un clásico que ya no le sorprende, pero lo de la Ministra Irene Montero hablando directamente de “asalto a la democracia” por cumplirse una sentencia judicial o la otra ministra, Ione Belarra, acusando al Tribunal Supremo de prevaricación, creo que merece algo más que la callada por respuesta. Increíble pero cierto, miembros del Gobierno de España desprestigiando a las instituciones y cuestionando el estado de derecho, como si estuvieran en el bar o en un chat de amigos.

Y encima se justifican mintiendo. Mienten cuando dicen que Alberto Rodríguez ha sido condenado sin pruebas. Mienten cuando dicen que el objetivo era quitarle el escaño. Mienten cuando dicen que “le robaron el escaño por no tener un apellido compuesto”. Mienten y crean más división, confrontación y odio. Y sorprendentemente, están tocados por una especie de bula, de indulgencia plenaria, por la que hagan lo que hagan y digan lo que digan nunca pasa nada.

El Gobierno, no solo tiene a la oposición en el propio Gobierno, sino que tiene a su peor enemigo dentro. Con razón decía Sánchez que “no dormiría tranquilo con ministros de Podemos…” En ocasiones, más que un mal sueño, le parecerá una pesadilla.

No sé, igual en esa “reunión urgente” que ha pedido Unidas Podemos al PSOE, Sánchez debería tratar algo más que los acuerdos de coalición. La puerta ya se la abrió y el caballo ya está dentro, confiemos en que, como ocurrió en Troya, no aprovechen que duerme para asolarlo todo y caer en sus manos.