El Senado brasileño se ha mostrado a favor, por mayoría, de juzgar al presidente del país, Jair Bolsonaro, bajo la acusación de crímenes contra la comunidad.
Un informe de la cámara considera que el presidente podría haber cometido crímenes contra el pueblo por su gestión de la pandemia, no tomando las medidas sanitarias correctas o procedentes para contener los contagios y, por tanto, evitar a la postre fallecimientos.
Ayer martes, una comisión del Senado de Brasil lo aprobaba y pidió suspender el acceso del presidente a sus cuentas en redes sociales por citar información falsa sobre la pandemia del covid.
Bolsonaro ha sido uno de los mandatarios internacionales más señalados en el planeta por su gestión de la pandemia, ya que en los inicios fue descreído y también porque recomendaba remedios no aprobados por la comunidad científica. También evitó suspender la actividad económica y fue contrarrestado por gobernadores de estados y regiones, que sí impusieron medidas de contención para minimizar los contagios.
Nefasto balance en Brasil
En Brasil han fallecido hasta la fecha 606.000 personas y se han declarado al menos 21,7 millones de casos de contagios. Presenta uno de los ratios más elevados de muertes en proporción por su población, en concreto de 2.830 personas por cada millón de habitantes han fallecido por esta enfermedad.
Sólo los países con presidentes y gobiernos autoritarios o populistas están en la cúspide de esta triste clasificación, que lidera Perú. Le siguen Bosnia, Macedonia del Norte, Bulgaria, Montenegro, Hungría y República Checa. También presentan cifras elevadas Reino Unido y Estados Unidos, el primero por la discutida gestión del considerado populista Boris Johnson y el segundo por la que realizó Donald Trump hasta que perdió las elecciones.
Bolsonaro promovió el contacto entre los ciudadanos pese a las advertencias de las autoridades sanitarias y llegó a menospreciar el coronavirus llamándolo "resfriadinho", es decir, comparándolo de manera negligente como un simple resfriado.
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