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Los mejores discos de Pink Floyd
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Los mejores discos de Pink Floyd

viernes 29 de octubre de 2021, 09:08h

Hace 50 años Pink Floyd publicaban 'Meddle', el disco con el que la formación más recordada; esto es la formada por Roger Waters al bajo, David Gilmour a la guitarra, Nick Mason a la batería y Richard Wright a los teclados; encontraba el sonido que les convertiría en megaestrellas un par de años después, 'The Dark Side of the Moon' mediante. Así que desde Diariocrítico queremos aprovechar para repasar nuestros discos favoritos de la banda, empezando por ese 'Meddle', y sin olvidarnos de Syd Barrett, pero centrándonos en su periodo de esplendor, entre 1973 y 1979.

5. Meddle (1971) / Animals (1977)

'Meddle' es uno de los discos más importantes de la carrera de Pink Floyd, siendo el álbum con el que consiguieron salir al fin de la alargada sombra de Syd Barrett y, a través de la gigantesca 'Echoes', encontrar el sonido que les convertiría en gigantes. Además de la canción que les abrió el camino hacia el lado oscuro de la luna, aquí se encontraban otras dos grandes canciones como la instrumental 'One Of These Days' y la preciosa 'Fearless', con una excelente proyección de acordes y una de las mejores tomas vocales de David Gilmour, en una canción compuesta a medias por el guitarrista y Roger Waters, con una coda final del 'You'll Never Walk Alone', cortesía de los hinchas del Liverpool.

'Animals' es el disco que sigue a las dos obras maestras absolutas de la banda, 'Dark Side Of The Moon' y 'Wish You Were Here'. A pesar de estar un pequeño peldaño por debajo de éstas raya a un nivel sobresaliente, siguiendo la estela del último, con solo cuatro canciones extensas, una de ellas dividida en dos partes, pero con un concepto mucho más claro, parcialmente basado en el 'Rebelión en la granja' de Orwell, pero cambiando el Stalinismo por el capitalismo en su crítica. Eso sí, aquí ya se puede ver que la comunicación en la banda ya no es tan intensa como en los tiempos de 'The Dark Side Of The Moon', con Waters como único compositor en tres de las cuatro canciones y aportando la mitad de la otra, 'Dogs', la única cantada por Gilmour, autor de la música de la misma. El aislamiento de la mente creativa de la banda del resto de sus compañeros y del público abriría el camino para el crudo 'The Wall'.

4. The Wall (1979)

Para el momento en el que grabaron 'The Wall' Pink Floyd tenía ya poco de grupo, Waters ejercía un firme control sobre la dirección del grupo, trabajando principalmente junto a David Gilmour y con el productor Bob Ezrin como colaborador externo. Nick Mason apenas participaba, mientras que Rick Wright parecía estar completamente al margen, siendo despedido por Waters poco después de grabado el disco. Aun así, es un disco enorme, duro, afilado, frío, rabioso y totalmente excesivo. También es pasional y fascinante, el sonido de un hombre, Waters, exponiendo sus demonios y sus fobias sin ningún reparo, mostrándose desnudo, aunque sea detrás de un muro y destruyendo su banda por el camino...

3. The Piper at The Gates Of Dawn (1967)

Mucho antes de visitar el lado oscuro de la luna y de construir el muro, Pink Floyd nació a mediados de los 60 liderando la escena 'underground' londinense y siendo el grupo capital de la psicodelia británica. Liderados por ese diamante loco llamado Syd Barrett, Pink Floyd se estrenó en 1967 con esta maravilla titulada 'The Piper At The Gates Of Dawn', donde mezclan las largas improvisaciones instrumentales perfectas para sus directos, como en 'Interstellar Overdrive', con las canciones más cortas y pop de Barrett. Son estas últimas las que más brillan, con su mezcla de melodías infantiles, letras surrealistas y psicodélicas locuras de una mente al borde del colapso. Su consumo de LSD hizo que su mente explotase pero antes entregó esta maravilla que su banda tardaría seis años en poder superar. Para los interesados en esta época de la banda, además de la continuación 'A Saucerful Of Secrets' harían bien en indagar en los dos discos en solitario de Barrett, 'The Madcap Laughs' y 'Barrett', producidos por Gilmour y Waters el primero, y por el guitarrista que le sustituyó en su banda, Gilmour, y el teclista Richard Wright el segundo.

2. Wish You Were Here (1975)

A pesar de que Barrett desapareció de la banda a principios de 1968, su alargada sombra, su genio y su caída en la locura, siguieron acompañando a la banda surante mucho tiempo. Se puede ver en 'Brain Damage' de Dark Side Of The Moon o en varias de las cosas que inspiraron al Pink de 'The Wall' pero, sin duda, el disco en el que más revolotea su fantasma es en este 'Wish You Were Here' en el que le dedican las dos mejores canciones, dos de las diez mejores de toda su carrera, la canción titular y la épica 'Shine On You Crazy Diamond' que Richard Wright cierra, muy acertadamente, citando en su teclado el 'See Emily Play' de su ex compañero. Como si hubiera magia en el ambiente cuando estaban grabando esa canción, el fantasma se hizo carne y Syd Barrett se presentó en la grabación con las cejas depiladas, el pelo rapado y una prominente barriga. Waters ni siquiera le reconoció y se echó a llorar como un crío cuando Gilmour le dijo quién era. Todas esas emociones corren por el disco más emocionante de su carrera.

1. The Dark Side Of The Moon (1973)

Uno de los discos más famosos de la historia de la música y el disco clave en la evolución de Pink Floyd de banda psicodélica al grupo más importante de la historia del rock progresivo, siendo el inicio de su póker de discos conceptuales que completarían 'Wish You Were Here', 'Animals' y 'The Wall'. Roger Waters tomaba definitivamente la tarea de escribir todas las letras y éstas pasaban a unificar el contenido musical, explorando las diferentes etapas de la vida humana, del inicio al deterioro, pasando por la enfermedad mental (lo que pasó con Barrett siempre estuvo presente en la cabeza de Waters) pero el mayor logro de 'The Dark Side Of The Moon' está en su parte musical, con un grupo alcanzando la cumbre de su interacción entre unos y otros, actuando como una unidad perfectamente engrasada, con toda la banda aportando ideas. Los largos pasajes instrumentales de anteriores (y posteriores) discos se acortan logrando con ello una obra mucho más cohesionada, con la que la banda logra algo bastante cercano a la perfección musical, con la inestimable ayuda del ingeniero Alan Parsons, con multitud de efectos de sonidos que ayudan a entrar en algunas de las mejores canciones de su discografía, como los relojes al principio de 'Time', el eco de 'Us And Them' o la caja registradora de 'Money'.

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